Estado de una cuestión:
la compleja aproximación al abuso sexual de menores,
a su penalización estatal y a su sanción canónica.
Un acercamiento inicial e integral a este hecho individual y social
(8B/17)
Iván F. Mejía Álvarez, i.c.d., th.d.
Viene de https://teologocanonista2016.blogspot.com/2024/05/estado-de-una-cuestion-la-compleja_33.html
Capítulo V
Capítulo V
La sexualidad humana: algunas notas sobre la anatomía, la fisiología, la endocrinología y la patología
B. La
fisiología
Dentro de la biología corresponde a la fisiología estudiar las funciones que se encuentran dentro de los sistemas vivos, y en nuestro caso, de los seres humanos. Examina entonces cómo los organismos llevan a cabo sus funciones físicas y químicas.
Funciones |
Aparato
reproductor femenino |
Aparato
reproductor masculino |
Funciones |
“Las
dos grandes funciones del ovario, la formación y liberación de células
sexuales y la secreción endocrina de hormonas femeninas (estrógenos y
progesterona), están condicionadas a la intervención de otras hormonas
secretadas por la adenohipófisis: la hormona foliculostimulante (FSH) y la
hormona luteinizante (LH). La maduración de los folículos, la ovulación y
la formación del cuerpo amarillo suceden de una manera cíclica. Todo el
proceso dura normalmente 28 días y constituye el ciclo ovárico. Cada ciclo
comienza con la maduración de varios folículos, aunque sólo uno de ellos
alcanzará la maduración completa y dará salida al óvulo. Esta fase de
maduración ocurre en la primera mitad del ciclo y dura unos 14 días. Se
produce gracias a la intervención de la FSH y la LH, que colabora al
final de la maduración. Durante este período de tiempo las células de la teca[120]
interna y de la granulosa, que proliferan abundantemente, secretan gran
cantidad de estrógenos. La rotura del folículo de De Graaf produce la salida
del ovocito y del líquido folicular. El ovocito, en ese momento, sufre una
mitosis reductora que da lugar a la formación del óvulo, es decir, su
dotación cromosómica diploide de 23 pares de cromosomas pasa a ser haploide,
de 23 cromosomas sin pareja. La otra mitad constituye un resto denominado
corpúsculo polar. El cromosoma sexual del gameto femenino es siempre X, ya
que la pareja de cromosomas sexuales del ovocito es XX. Si se produce
fecundación, el espermatozoide aporta su dotación cromosómica, emparejando su
cromosoma sexual, X o Y, con el del óvulo, dando lugar a un cigoto XX
(hembra) o XY (varón). Cuando se trata de un embrión con cromosomas XX, las
gónadas primitivas se desarrollarán como ovarios. Lo mismo sucede cuando no
existen niveles suficientes de testosterona. |
Ovarios |
Testículos |
“Poseen funciones hormonales
masculinas. La función interna o endocrina consiste en la secreción de
andrógenos (la androsterona y, sobre todo, la testosterona). La
función externa o exocrina consiste en la génesis y maduración de los gametos
masculinos o espermatozoides. La
transformación de las gónadas primitivas en testículos (cuando se trata de un
embrión genéticamente XY) ocurre entre las semanas 15 y 17 de gestación como
resultado de la acción de la porción del gen Y responsable de la
determinación sexual. A partir de este momento los testículos recién
desarrollados comienzan a secretar testosterona, el andrógeno
fetal encargado de promover el desarrollo de los órganos sexuales internos
masculinos a partir del sistema de conductos de Wolff. La espermatogénesis comienza en la
pubertad por estímulo de las hormonas gonadotrópicas de la hipófisis. El
espermatozoide sólo puede vivir 2 o 3 días en los productos de la
eyaculación, pero se mantiene vivo durante mucho más tiempo en los conductos
testiculares y el epidídimo. Profundicemos en algunos detalles relacionados
con estas etapas de la espermatogénesis: Las espermatogonias situadas en la
periferia de la pared de los tubos seminíferos proliferan continuamente y se
diferencian hasta dar lugar a los espermatozoides. En primer lugar, cada
espermatogonia se transforma en un espermatocito primario, el cual duplica
sus cromosomas y se divide en 2 espermatocitos secundarios, con 46 cromosomas
agrupados en 23 pares. Los espermatocitos secundarios se convierten, por
división meiótica, en dos células denominadas espermátides. Estas contienen,
por lo tanto, 23 cromosomas no emparejados. Uno de estos cromosomas
determinará el sexo; es decir, los espermatocitos secundarios contienen un
par de cromosomas XY y, al dividirse en dos espermátides, cada una de ellas
tendrá el cromosoma X (determinante del sexo femenino) o el cromosoma Y
(determinante del sexo masculino). Al madurar las espermátides se convertirán
en espermatozoides sin cambiar su dotación cromosómica, por lo que habrá
espermatozoides X (hembras) y espermatozoides Y (machos). Según cuál de ellos
fecunde el óvulo, el sexo del hijo será hembra o varón, respectivamente. La
maduración de la espermátide origina el espermatozoide, que consta de cabeza,
cuello, cuerpo y cola. En la cabeza hay una estructura denominada acrosoma,
que interviene en la penetración del espermatozoide en el óvulo. La cola le
permite moverse a través de los fluidos mediante movimientos similares a los
de un reptil, con una velocidad de unos 30 cm/hora. Una vez que ha alcanzado
el óvulo y lo ha fecundado, solo la cabeza penetra en él. En su función como
células de sostén de los espermatozoides y de sus precursoras, las células
de Sertoli aportan material nutritivo a dichas células. |
“Al romperse el folículo de De Graaf, el
óvulo cae a la cavidad peritoneal, pero las fimbrias del pabellón establecen
una corriente líquida que arrastra el óvulo hasta el orificio abdominal de la
trompa. Una vez dentro, los pliegues de la mucosa, más abundantes en el
pabellón, retrasan el avance del óvulo hacia el útero. Las células secretoras
tubáricas aportan material nutritivo al óvulo. Por otra parte, los
espermatozoides depositados en la vagina tras el coito recorren el útero y
entran en las trompas por el orificio uterino, llegando hasta la porción
ampollar, donde normalmente, se produce la fecundación. El desplazamiento de
los espermatozoides se realiza por su propia motilidad, ayudados por los
movimientos de la trompa. En la fecundación sólo interviene un
espermatozoide: al penetrar su cabeza en el óvulo, este se hace impermeable a
la entrada de otros espermios. El óvulo, fecundado o no, recorre la trompa en
dirección al útero, ayudado por los movimientos de los cilios del epitelio y
por las contracciones de la capa muscular. Este recorrido dura unos 3 días,
durante los cuales - si ha existido fecundación- se producen las primeras
divisiones celulares del cigoto. |
Trompas
de Falopio |
Vías
espermáticas |
“Las
vías espermáticas mediante la contracción de su capa muscular ayudan a los
espermatozoides en su trayecto hacia el exterior, en el momento de la
eyaculación. Por otra parte, las células secretoras de los conductos
deferentes y epididimario y de las vesículas seminales producen una secreción
mucosa que forma parte del líquido seminal que nutre a los espermatozoides y
les proporciona un medio protector. |
“El
útero tiene dos funciones esenciales:
1º) Mantener el embrión durante el embarazo: En la primera función es
el endometrio el que toma un papel activo. Durante la segunda mitad del ciclo
ha proliferado y sus glándulas secretan sustancias nutritivas: si hay
embarazo está preparado para la anidación y se mantiene así durante toda la
gestación. Cuando el huevo fecundado llega al útero, se nutre de las
secreciones endometriales. Al cabo de 3-4 días, por mitosis sucesivas ha
alcanzado la fase de blastocisto y está rodeado por células trofoblásticas
secretoras de enzimas proteolíticas. Estas enzimas licuan el
endometrio, liberándose gran cantidad de sustancias nutritivas y formándose
una cavidad donde anida el blastocisto. Durante las primeras semanas, el
embrión se alimenta fundamentalmente a través de las células trofoblásticas,
hasta que se desarrolla la placenta, unida al feto por las arterias y la vena
umbilical. Las vellosidades placentarias están inmersas en los senos venosos
del endometrio, dependientes de la arteria y la vena uterinas, con sangre
materna. El oxígeno y los nutrientes pasan de la sangre materna a la fetal
por difusión simple y otros sistemas de transporte. El mantenimiento del
cuerpo lúteo del ovario se debe a la producción en la placenta de la hormona gonadotropina
cariónica, que mantiene la capacidad nutritiva del endometrio. 2º) Expulsarlo cuando el feto llega a
término: En cuanto a la segunda función, la expulsión del feto maduro, es el
miometrio el que adquiere el protagonismo. No se conoce con exactitud el
mecanismo por el cual, llegado el momento, se pone en marcha el parto.
Participan de forma importante la distensión de las fibras musculares
uterinas y una serie de estímulos hormonales, tanto maternos como fetales. La
oxitocina, una hormona secretada por la neurohipófisis, es capaz de provocar
directamente las contracciones uterinas; los estrógenos actúan facilitando la
acción oxitócica y las prostaglandinas regulando la actividad del útero. Una
vez iniciado, el proceso se autoalimenta de la siguiente manera: la cabeza
fetal dilata el cuello uterino, lo que provoca un reflejo de secreción de
oxitocina por la neurohipófisis; la oxitocina contrae la musculatura del
útero, haciendo descender al feto por el canal del parto, lo que dilata aún
más el cuello uterino y se repite el ciclo. Las contracciones del parto
comienzan en el fondo del útero y se dirigen hacia abajo, perdiendo
intensidad en su progresión. Al principio son distantes entre sí, pero la
frecuencia aumenta hasta llegar a una contracción cada 2-3 minutos, cada vez
de mayor intensidad, que terminan por producir la expulsión del feto y de la
placenta. Inmediatamente después del parto, el útero comienza a involucionar,
volviendo a su tamaño previo al embarazo al cabo de 4 semanas. |
Útero |
|
|
|
|
Próstata |
“La
próstata, como se ha señalado, es una glándula que secreta un líquido
blanquecino hacia la uretra, el líquido prostático, que se une a las
secreciones de las vías espermáticas y los espermatozoides para constituir el
semen. El líquido prostático es alcalino, por lo que neutraliza la acidez de
los demás componentes del semen, aumentando la motilidad y fertilidad de los
espermatozoides. Durante la eyaculación, la próstata se contrae junto con el
conducto deferente y las vesículas seminales, expulsando su contenido a la
uretra. |
“Es
el órgano copulador de la mujer, encargado de recibir al pene. Contribuye a
la lubricación durante el acto sexual mediante la secreción mucosa, necesaria
para que el coito produzca una sensación satisfactoria. Por otra parte,
durante el orgasmo, su capa muscular se contrae rítmicamente, estimulando el
pene. Durante el parto, la elasticidad de la pared vaginal permite la
dilatación suficiente para que el feto pase por ella hacia el exterior. El
estudio de las células descamadas del epitelio vaginal permite establecer el
diagnóstico precoz del cáncer genital si en el frotis aparecieran células
anormales. En la mujer, durante el coito se observan diversos cambios
fisiológicos: Excitación: Las
sensaciones, debidas a estimulación fisicomecánica o psíquica siguen una vía
consciente hacia el encéfalo y una vía inconsciente que, a través de la
médula espinal, provoca por vía parasimpática la erección del clítoris.
Además, se produce la tumescencia de los labios mayores, una secreción mucosa
procedente de las glándulas de Bartholin y mayoritariamente de la trasudación
de plasma desde el plexo vascular vaginal, con objeto de lubrificar la
vagina, favorecer el coito y neutralizar el pH ácido de la vagina para
aumentar la viabilidad de los espermatozoides. La vía parasimpática provoca
también un alargamiento de los dos tercios internos de la vagina con
elevación del útero y un estrechamiento del tercio externo de la vagina,
formando la plataforma orgásmica femenina. Finalmente, la estimulación
parasimpática conduce a una dilatación arterial y constricción venosa de los
vasos sanguíneos vaginales, con la finalidad de constreñir las paredes de la
vagina en torno al pene del varón e incrementar así las sensaciones. Orgasmo: Los cambios experimentados por la
mujer en la fase anterior provocan un incremento de la superficie de contacto
vaginovulvar. Se incrementa la intensidad de la sensación fisicomecánica, lo
cual tiene una proyección espinal que por vía parasimpática incrementa las
respuestas antes descritas, pero, sobre todo, tiene una proyección consciente
encefálica o sensación de orgasmo equivalente a la eyaculación del varón.
Ambas proyecciones inducen la aparición de contracciones rítmicas del suelo
de la pelvis, lo que determina los movimientos intermitentes de la plataforma
orgásmica, y contracciones de las paredes vaginal, uterina y de las trompas
de Falopio. Se ha especulado (pero no constatado) que la sensación del
orgasmo femenino también puede provocar la secreción de oxitocina, vía hipotálamo-neurohipófisis,
que incrementaría la contracción de las paredes del tracto genital. La
importancia funcional del orgasmo en la mujer reside en el hecho de que el
incremento en la actividad contráctil de la musculatura genital incrementa la
marcha de los espermatozoides hacia el oocito II y así se favorece la
fecundación. Resolución: Esta última
fase puede presentarse de forma similar a lo acontecido en el varón, con una
involución rápida de los cambios vaginovulvares, vía inhibición espinal
simpática, con vuelta a los niveles de partida, relajación muscular y
disminución de la vasocongestión. No obstante, es habitual que tras el
orgasmo femenino se regrese a un nivel todavía alto de excitación, sobre el
cual pueden superponerse otros orgasmos si las estimulaciones persisten, lo
cual se conoce como respuesta multiorgásmica. |
Vagina |
Pene |
“El
pene tiene una doble función. Al contener en su interior parte de la uretra,
interviene en la micción. Por otra parte, es el órgano copulador en el acto
sexual. Por estimulación parasimpática, los cuerpos cavernosos y esponjoso se
llenan de sangre, con lo cual, el pene aumenta de tamaño, se endurece y se
pone rígido durante la erección, necesaria para la realización del coito. En
este proceso intervienen varios factores; en primer lugar, la dilatación de
las arterias produce el llenado de los cuerpos cavernosos y esponjoso; por
otra parte, la musculatura de la raíz del pene, músculos isquiocavernosos y
bulbocavernoso, se contrae, impulsando aún más la sangre hacia el pene; el
músculo transverso profundo del perineo, diafragma urogenital, se contrae, dificultando
la salida de sangre ya que comprime las venas que pasan a través de él. La
erección que en principio es un acto reflejo, puede ser inhibida por
estímulos psíquicos, como el temor. Los pensamientos o imágenes sexuales
pueden desencadenar el proceso de erección. La corteza cerebral actúa como un
centro integrador de la actividad sexual, modificando los reflejos que
intervienen en ella, bien sea disminuyéndolos o favoreciéndolos. Por otra
parte, la uretra posee numerosas glándulas en su recorrido por el cuerpo
esponjoso, las glándulas de Littré, que elaboran una secreción mucosa que
favorece la lubricación, aunque a ello contribuyen en mayor medida los
órganos sexuales femeninos. También producen secreción mucosa las glándulas
bulbouretrales o glándulas de Cowper. Por último, las contracciones del
músculo bulbocavernoso impulsan el semen en la eyaculación a través de la
uretra peneana. Durante el coito, se observan en el varón diversos cambios
fisiológicos, que pueden resumirse en tres fases: Excitación: Las sensaciones, debidas a
estimulación[121]
fisicomecánica o psíquica, siguen una vía consciente hacia el encéfalo y una
vía inconsciente que, a través de la médula espinal, provoca por vía
parasimpático la erección del pene, un aumento de tamaño y elevación de los
testículos, un incremento en la tumescencia y colocación púrpura del glande y
una secreción mucosa de las glándulas bulbouretrales, con la finalidad de
lubricación. Orgasmo: Los cambios experimentados por el pene en la fase
anterior provocan un incremento en la superficie de contacto de este; se
incrementa la intensidad de la sensación fisicomecánica, lo cual tiene una
proyección consciente encefálica y una proyección espinal que, por vía
simpática, induce la contracción del epidídimo, del conducto deferente y de
los órganos accesorios. Se produce una emisión seminal, que llena la uretra,
dilatándola e incrementando la sensación fisicomecánica antes mencionada
(sensación de inminencia eyaculatoria), lo cual conduce a la eyaculación, por
contracción rítmica de los músculos bulbocavernosos e isquiocavernosos y
también del esfínter anal. Resolución:
La última fase, o de resolución, está definida por una involución rápida de
la erección, con vuelta a los niveles de partida, relajación muscular y
disminución de la vasocongestión. Estos cambios se acompañan de un periodo
refractario más o menos largo. |
|
|
Uretra |
“El
riego sanguíneo lo recibe a cada nivel de las arterias que riegan los
respectivos órganos por donde pasa: arterias vesicales inferiores,
hemorroidales inferiores, bulbar y dorsal del pene. Las venas terminan en la
vena dorsal profunda del pene o directamente en el plexo periprostático. Los
vasos linfáticos de la uretra prostática y membranosa desembocan en los
ganglios iliacos internos, y los de la uretra peneana, fundamentalmente en
los ganglios inguinales. El nervio pudendo interno recoge las sensaciones de
la uretra. Sus fibras motoras actúan sobre el esfínter voluntario, regulando
la micción. |
“La
vulva interviene en el parto dilatando el orificio vaginal para permitir el
paso al feto. También tiene gran importancia como zona erógena por las
numerosas terminaciones sensitivas que presenta. Durante el acto sexual, las
glándulas de Bartholin producen una secreción lubricante que facilita la
penetración. Por otra parte, la uretra desemboca en la vulva, por lo que ésta
interviene en el proceso de eliminación urinaria. |
Vulva |
|
|
|
|
Glándulas
de Cowper |
“Aportan
una secreción mucosa lubricante. |
|
Nervio
pudendo y sistema nervioso parasimpático |
“Es
importante desde el punto de vista fisiológico, porque inerva todas las
estructuras sensitivas de los genitales en ambos sexos
(pene, clítoris, músculo bulboesponjoso e isquiocavernoso, y
áreas del escroto, labios, perineo y ano), siendo el
responsable de transmitir prácticamente todas las sensaciones placenteras
responsables del orgasmo en ambos sexos. Adicionalmente, al
tratarse de un nervio mixto (sensitivo y motor), sus impulsos son
los responsables de las contracciones musculares de los músculos isquicavernoso
y bulboesponjoso que acompañan al orgasmo en las mujeres y provocan la
eyaculación en los varones. |
|
“La función biológica esencial de la
mama, rasgo que compartimos con el resto de los mamíferos, es la producción
de leche para la alimentación del niño en el periodo posterior al parto. Cabe
mencionar en este punto que cuando el bebé comienza a succionar no recibe
leche sino un líquido amarillento llamado calostro. Se cree que éste contiene
anticuerpos que protegen al lactante contra algunas
enfermedades los primeros meses de vida. Aproximadamente 4 días después del
nacimiento la leche materna sustituye al calostro. En la especie humana tiene también
importancia como carácter sexual femenino y, así, debido a la rica inervación
sensitiva de la areola y del pezón, desempeña un papel significativo en la
estimulación sexual, como zona erógena. Durante el embarazo las mamas
adquieren su desarrollo funcional completo gracias a la acción de varias hormonas:
estrógenos, progesterona, prolactina, lactógeno placentario, hormona del
crecimiento y cortisol, de forma que en el momento del parto la glándula
mamaria se halla lista para iniciar la lactogénesis. A pesar de que los
niveles crecientes de prolactina tienden a estimular la producción de leche,
ésta prácticamente no se produce durante el embarazo debido a la inhibición
que ejercen la progesterona y los estrógenos sobre este proceso. Una vez
expulsada la placenta después del parto, disminuyen bruscamente los niveles
de estrógenos y progesterona y, por consiguiente, la inhibición que ejercían
sobre la lactogénesis, comenzando la formación de leche. La primera secreción
de leche que se produce es rica en proteínas y escasa en lípidos y se
denomina calostro. El amamantamiento estimula la secreción de prolactina, y
ésta, a su vez, mantiene y aumenta la producción de leche; por ello, el
vaciamiento de la mama es necesario para seguir manteniendo la lactancia. Por
otra parte, la prolactina inhibe la secreción hipotalámica de GnRH y, por lo
tanto, los ovarios están inactivos, los niveles de estrógenos y progesterona
son bajos y no se producen nuevos ciclos ni ovulación hasta que se abandona
la lactancia. La secreción láctea y su mantenimiento requiere, además de la
prolactina, otras hormonas como la insulina, la tiroxina, el cortisol y la
hormona del crecimiento. Por otra parte, la leche no fluye espontáneamente a
través de los pezones, sino que requiere la intervención de reflejos
neuronales y hormonales: cuando el niño succiona el pezón, los impulsos
sensitivos llegan a la médula y, de ésta, al hipotálamo, donde se produce
oxitocina. Esta hormona contrae las células mioepiteliales de los alvéolos,
que expulsan la leche hacia los conductos galactóforos, donde es absorbida
por el niño. La lactancia materna, además de constituir el mejor medio de
nutrición para el recién nacido, aorta a éste inmunoglobulinas y anticuerpos
de gran importancia en los primeros meses de vida, cuando el sistema
inmunitario es aún inmaduro y no es capaz por sí mismo de fabricar las
defensas necesarias. |
Las
mamas |
Las
mamas o tetillas |
|
“Cada
28 días (margen fisiológico entre 21 y 35 días), desde la menarquia hasta la
menopausia, se evidencia en la mujer la salida al exterior del denominado
flujo menstrual, en una cantidad aproximada de 100 cc., que contiene leucocitos,
hematíes, agua, moco, restos de tejido endometrial, etc. La menstruación,
estigmatizada en muchas culturas hasta hace pocos años, es la manifestación
externa más notoria de dos importantes procesos fisiológicos fundamentales
para la continuidad de la especie humana: el ciclo ovárico y el endometrial,
que de forma periódica se suceden en el organismo femenino con el objetivo de
proporcionar un óvulo que pueda ser fecundado y un endometrio donde éste
pueda implantarse y desarrollarse. Ambos ciclos ocurren de forma simultánea y
están regulados por el hipotálamo, la hipófisis y los ovarios. |
Ciclo
reproductor femenino |
|
|
“En el ciclo ovárico se suceden dos
fases importantes, cada una de las cuales dura aproximadamente 14 días. En la
primera fase se produce la maduración del folículo y en ella normalmente
predominan los estrógenos. En la segunda fase encontramos el cuerpo lúteo y
hormonalmente predomina la progesterona, aunque también hay producción
de estrógenos. El elemento fundamental del ciclo ovárico es el folículo. El
número de folículos primordiales varia a lo largo de la vida de la mujer; en
el nacimiento ésta tiene entre 250.000 y 500.000 folículos. Al llegar a la
pubertad disminuye el número a unos 100.000. de estos 100.000 sólo madurarán
definitivamente unos 400 y el resto desaparecen o se atrofian. a. Folículo primordial: Los folículos
primordiales tienen dos destinos posibles. Los que maduren evolucionarán en
las siguientes fases: folículo maduro, folículo de De Graaf, cuerpo lúteo y
cuerpo lúteo gravídico (en caso de que exista fecundación), o involucionarán
a cuerpo albicans si no existe fecundación. Los folículos primordiales
que no han madurado se atrofian, dando lugar al cuerpo fibroso. El folículo
primordial está constituido por: la Célula germinal u ovocito y por la Célula de la granulosa. Cuando el
folículo está en maduración, las células de la granulosa proliferan formando
múltiples capas. Aparece una diferenciación celular entre las células de la
granulosa y el estroma circundante que después constituirá la teca. La teca
está dividida en: Teca interna, muy vascularizada y rica en hormonas. Teca
externa, formación fibrosa de sostén. El desarrollo folicular va a depender
de la presencia de las hormonas gonadotrópicas FSH y LH. El ovario
responde produciendo estrógenos, de forma simultánea al crecimiento folicular
y a la maduración del óvulo. b. Folículo de De Graaf: Se llama así
cuando el folículo ha alcanzado la madurez, y en él se distinguen las
siguientes formaciones: teca, capa granulosa y antro. Teca: llena de líquido
y rica en estrógenos. Capa granulosa: constituida por varias hileras de
células. En una zona del folículo se observa una acumulación de células de la
granulosa que se proyectan hacia el interior del antro, y en el interior de
esta acumulación celular se encuentra la célula germinal. Este grupo celular
se denomina disco oóforo. La capa de células en contacto con la célula
germinal constituirá la corona radiata. Entre la corona radiata y la célula
germinal existe una zona llamada membrana pelúcida. En la capa granulosa no
se ven vasos sanguíneos y sus células son hormonalmente activas. Antro:
cavidad central llena de líquido. c. Ovulación: El folículo de De Graaf
crece hasta alcanzar un diámetro de 10 a 12 mm. Se aproxima de forma gradual
a la superficie del ovario hasta que sobresale de éste, de manera que por
compresión se va formando una zona clara y delgada que acaba por romperse, y
expulsa el líquido folicular junto con el óvulo, rodeado por la zona pelúcida
y la corona radiata. La rotura folicular no es un fenómeno explosivo, aunque
por la descripción pueda parecerlo. La ovulación tiene lugar hacia el día 14
del ciclo. El motivo desencadenante puede atribuirse al aumento de la
secreción de gonadotropinas LH y FSH. El aumento brusco de la LH
desencadena la ovulación: se dice que la LH es la hormona
"gatillo" de la ovulación. En los ovarios el aumento de gonadotropinas
se correspondería con un pico de la secreción de estrógenos y progesterona. d. Cuerpo lúteo o amarillo: Después de
la ovulación, el folículo de De Graaf se colapsa, y empieza así su
fase de cuerpo lúteo. Esta fase se caracteriza por un aumento de la
producción de progesterona y por un descenso de la producción de gonadotropinas
hipofisarias debido a la acción inhibitoria que ejercen los estrógenos
y la progesterona. Antes de la aparición de la menstruación, tiene
lugar un descenso brusco de los niveles hormonales. En esta fase se
establecen cuatro estadios: Estadio de proliferación, cuya característica
principal es el engrosamiento de la teca interna. Estadio de vascularización,
en el cual hay crecimiento de las células de la granulosa y penetración de
vasos procedentes de teca interna. Estadio de madurez, donde el cuerpo lúteo,
de color amarillento, se hace evidente sobre la superficie del ovario. Tiene
forma más o menos esférica y mide 1-2 cm de diámetro. Estadio de regresión,
que ocurre hacia el día 23-26 del ciclo, aunque la secreción de esteroides
empieza a disminuir ya a partir del día 22 del ciclo. Esta regresión se
caracteriza por fibrosis e hialinización de las células luteínicas. Cuando
termina este proceso aparece el denominado cuerpo albicans. Cuando el
óvulo es fecundado, el cuerpo lúteo no involuciona y se transforma en cuerpo
lúteo gravídico. Los folículos primordiales, que entran en proliferación al
principio del ciclo y que no evolucionan, empiezan la regresión mucho antes y
forman folículos atrésicos; éstos experimentarán una involución semejante a
la del cuerpo lúteo y formarán los cuerpos fibrosos. |
Ciclo
reproductor femenino: ciclo ovárico |
|
|
El
endometrio, que es la mucosa que recubre la cavidad del cuerpo uterino,
experimenta diferentes cambios morfológicos a lo largo del ciclo menstrual de
la mujer y se caracteriza por la capacidad de descamarse y de regenerarse
cada 28 días. Estos cambios cíclicos son simultáneos y están desencadenados
por los cambios endocrinos del ovario, los cuales pueden simplificarse de la
siguiente forma: en la fase preovulatoria o folicular se produce estradiol
en cantidad creciente; en la fase postovulatoria o luteínica hay 17-betaestradiol
y, además, progesterona, procedentes del cuerpo lúteo; en la fase
premenstrual existe un descenso de estradiol y de progesterona,
por la regresión del cuerpo lúteo. a.
Etapas: Paralelos a estos cambios en la secreción de hormonas, durante el
ciclo ovárico, se conocen cuatro etapas fundamentales de ciclo endometrial:
Fase proliferativa: en respuesta a la estimulación por el estradiol.
Fase secretora: secundaria al efecto combinado de estrógenos y
progesterona. Fase isquémica premenstrual: que corresponde a la regresión
del cuerpo lúteo y al descenso de estrógenos y progesterona.
Menstruación: como consecuencia de la supresión de la progesterona. b.
Cambios: Los cambios que se producen en las glándulas, en el epitelio y en el
estroma durante estas fases son los siguientes: En la fase proliferativa:
aumenta el espesor del endometrio y la longitud de sus glándulas. En la fase
secretora: las glándulas se vuelven más tortuosas y el epitelio aumenta de
anchura. A medida que esta fase progresa, se produce una rotura de las
células secretoras con vertido de glucógeno y mucopolisacáridos en la
luz glandular. Al final de la fase secretora, aparece un infiltrado leucocitario
que indica el inicio de la hemorragia menstrual. En la fase isquémica
premenstrual: se produce una regresión endometrial. La menstruación: es la
descamación periódica de la capa funcional del endometrio. Queda la capa
basal a partir de la cual el endometrio se va a regenerar en su totalidad. La
menstruación tiene lugar si el ovocito no ha sido fecundado. Este proceso se
inicia 24-48 horas antes del inicio de la menstruación, y al tercero o cuarto
días de iniciada la menstruación el endometrio está ya totalmente regenerado.
Esta secuencia tiene lugar cada más y se debe al descenso brusco de estrógenos
y progesterona a causa de la regresión del cuerpo lúteo. Ya desde el
primer día de menstruación, un nuevo folículo primordial empieza a madurar y
simultáneamente se inicia la regeneración del epitelio a partir de la capa
basal del endometrio; de forma que al cuarto o quinto días de iniciarse la
menstruación ésta cesa y aparecen de nuevo niveles de estrógenos en
sangre. c.
Ciclo menstrual: Los límites de normalidad de los ciclos menstruales se
establece entre 21 y 35 días, siendo lo más habitual entre 26 y 30 días.
Ciclos de menos de 21 días o de más de 35 días se consideran anormales. La
menstruación se presenta desde la pubertad hasta la menopausia, excepto
durante los períodos de embarazo y lactancia. La duración del flujo menstrual
suele ser de 4-6 días, pero se consideran fisiológicas duraciones que oscilen
entre 2 y 8 días. Las características principales del flujo menstrual son:
color rojo, contiene sustancias fibrinolíticas procedentes del endometrio que
la hacen incoagulable, agua, hematíes, leucocitos, células del tejido
endometrial, moco del cuello uterino, descamación vaginal y prostaglandinas. |
Ciclo
reproductor femenino: ciclo endometrial |
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Hipotálamo |
“Es
un órgano muy pequeño, algunos lo describen como un “área del cerebro”, que
se ubica en la región central y delantera del cerebro denominada diencéfalo,
colocado, en el adulto, por debajo del tálamo y formando la parte anterior de
las paredes laterales y del piso del tercer ventrículo, cavidad llena de
líquido cefalorraquídeo. Además
de servir como amortiguador de los movimientos inesperados del cerebro, le
corresponde el control de la temperatura del cuerpo, del hambre y de la sed,
y posee una tarea sumamente importante también en relación con las emociones
y con la producción de hormonas. Capítulo
aparte merece su función en relación con la regulación del sueño y la
vigilia, en lo que se denomina el “ciclo circadiano” (“reloj biológico”, lo
denominan). A las “estructuras blanco” del hipotálamo llegan señales través
de las neuronas (unas 20.000) del núcleo supraquiásmico, encargadas de
regular dicho ciclo. Estas neuronas son estimuladas, a su vez, por hormonas
(melatonina y corticosterona) y por el sistema nervioso central, el cual
recibe información procedente del sistema nervioso autónomo. Este, a su vez,
es estimulado por la información procedente del nervio óptico, y éste, a su
turno, por la estimulación proveniente de la retina. Finalmente, la retina –
y lo mismo ocurre con la piel, el corazón y los órganos relacionados con la
presión sanguínea, etc. – percibe del exterior la luminosidad y la oscuridad[122]. |
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Hipófisis
o glándula pituitaria |
La
hipófisis regula la actividad de la mayor parte de las demás glándulas
endocrinas y, por tanto, en ocasiones recibe el nombre de glándula
maestra. A su vez, el hipotálamo, una región del cerebro situada justo
encima de la hipófisis, controla gran parte de la actividad de esta última.
En la adenohipófisis (o Lóbulo anterior) se producen y segregan 6
hormonas diferentes: Hormona
del crecimiento (GH, por sus siglas en inglés), que influye de manera
fundamental para el crecimiento lineal durante la infancia y la adolescencia
y es también necesaria para el mantenimiento de la salud y el bienestar
durante la edad adulta. Prolactina, que estimula la producción de
leche en las mamas de las mujeres e influye también en la función sexual.
Todavía es incierta su función en los hombres. Hormona adrenocorticotrópica (ACTH,
por sus siglas en inglés), que regula el córtex de las glándulas
suprarrenales: esencial para mantener el equilibrio metabólico. Hormona
estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés), esencial
para la regulación de esta glándula. LH y FSH u hormonas reguladoras
de las gónadas: responsables del correcto funcionamiento de los ovarios a las
mujeres y de los testículos en los hombres: Hormona
foliculoestimulante (FSH, por sus siglas en inglés), que regula los ovarios y
los testículos. Hormona luteinizante (LH, por sus siglas en
inglés), que regula los ovarios o los testículos. En
la neurohipófisis (Lóbulo posterior) se liberan dos hormonas que previamente
se han segregado en el hipotálamo y han sido transportadas a través del tallo
hipofisaria: Vasopresina u hormona antidiurética (ADH): regula la
cantidad de agua y sodio presente en el cuerpo y la orina que eliminan
nuestros riñones, permitiéndoles a estos que ahorren agua y evitando así que
orinemos de manera continua. De esta manera regula la presión arterial y la
cantidad de orina que se produce. Esta hormona en realidad se produce en
el hipotálamo y se almacena en la hipófisis. Oxitocina: aumenta la fuerza de las contracciones
del útero durante la fase final del parto y también facilita la lactancia.
Ayuda al útero a contraerse durante el trabajo de parto y el parto, y
estimula la liberación de leche durante la lactancia. Es posible que la
oxitocina también esté implicada en la creación de lazos y la confianza, en
especial entre padres e hijos. |
Tabla 20 Fisiología de los órganos, aparatos y sistemas relacionados con
el ejercicio de sexualidad y la reproducción humana
Índice analítico
Bibliografía
https://teologocanonista2016.blogspot.com/2024/05/estado-de-una-cuestion-la-compleja_13.html
[120] En botánica se refiere a una célula en la que forman las esporas de algunos hongos; en el caso, de la ginecología, se la denomina folicular o teca de los folículos ováricos pues es parte de la estructura de los folículos ováricos, que son esenciales para la ovulación y la producción de hormonas.
[121] Hace ya algunos años el Dicasterio (antes Congregación) para la Doctrina de la Fe publicó la (Declaración "Persona humana" acerca de ciertas cuestiones de ética sexual (29 de diciembre de 1975), 2024, pág. n. 9), en el que abordaba este asunto en el contexto de la moral cristiana y del “acto moral”.
[122] (Por qué el ciclo circadiano es importante para la salud)
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