viernes, 5 de febrero de 2021

L. VII P. III T. II-III Declaración de la nulidad de la ordenación Procedimiento Efectos Modos de evitar los juicios

L. VII
P. III
T. II-III


 

 

Tabla de contenido



Título II. De las causas para declarar la nulidad de la sagrada ordenación
    1. ¿Quién puede acusar la validez de la sagrada ordenación?
    2. ¿Ante quién ha de presentarse la solicitud y qué efectos tiene ella?
    3. ¿Cuál ha de ser el modo de proceder en estos casos?
    4. ¿Ha de participar en estas causas un defensor del vínculo y cuáles son sus competencias?
    5. ¿Qué efectos tiene la segunda sentencia conforme de la nulidad de una ordenación?
Título III. De los modos de evitar los juicios

 

  

Título II. De las causas para declarar la nulidad[1] de la sagrada ordenación

 TITULUS II. DE CAUSIS AD SACRAE ORDINATIONIS NULLITATEM DECLARANDAM

 

 

Texto oficial

Traducción castellana

Can. 1708 — Validitatem sacrae ordinationis ius habent accusandi sive ipse clericus sive Ordinarius, cui clericus subest vel in cuius dioecesi ordinatus est.

1708 Tienen derecho a acusar la validez de la sagrada ordenación el propio clérigo, el Ordinario de quien depende, o el de la diócesis donde fue ordenado. 

Can. 1709 — § 1. Libellus mitti debet ad competentem Congregationem, quae decernet utrum causa ab ipsa Curiae Romanae Congregatione an a tribunali ab ea designato sit agenda.

§ 2. Misso libello, clericus ordines exercere ipso iure vetatur.

1709 § 1.    Las preces deben enviarse a la Congregación competente, la cual decidirá si la causa habrá de ser conocida por la misma Congregación de la Curia Romana o por un tribunal que ella designe.

 § 2.    Una vez enviada la petición, queda prohibido ipso iure al clérigo el ejercicio de las órdenes.

Can. 1710 — Si Congregatio causam ad tribunal remiserit, serventur, nisi rei natura obstet, canones de iudiciis in genere et de iudicio contentioso ordinario, salvis praescriptis huius tituli.

1710 Si la Congregación remite la causa a un tribunal, deben observarse, a no ser que lo impida la naturaleza del asunto, los cánones sobre los juicios en general y sobre el juicio contencioso ordinario, quedando a salvo las prescripciones de este título.

Can. 1711 — In his causis defensor vinculi iisdem gaudet iuribus iisdemque tenetur officiis, quibus defensor vinculi matrimonialis.

1711 En estas causas, el defensor del vínculo goza de los mismos derechos y tiene las mismas obligaciones que el defensor del vínculo matrimonial.

Can. 1712 — Post secundam sententiam, quae nullitatem sacrae ordinationis confirmavit, clericus omnia iura statui clericali propria amittit et ab omnibus obligationibus liberatur.

1712 Después de una segunda sentencia que confirme la nulidad de la sagrada ordenación, el clérigo pierde todos los derechos propios del estado clerical y queda libre de todas sus obligaciones.

 

 

NdE

 

Cc. 1708-1712

 

Introducción

1. Todos los sacramentos, y el sacramento del orden en particular, que no sólo está orientado a un objeto extrínseco cualquiera sino cuya razón de ser consiste en el gobierno del pueblo de Dios, existen en razón de la salvación (cf. DS 1311). Conviene, pues, recordar algunos elementos que se han ido precisando en la tradición eclesiástica en relación con este sacramento, varios de los cuales, detallaremos en los párrafos siguientes, o hacen referencia a temas que han sido desarrollados en distintos lugares de este Curso, en particular al tratar sobre el c. 290 del Libro II, y sobre el sacramento del Orden, del Libro IV.

La materia que nos ocupa, la declaración de la nulidad de la sagrada ordenación (diaconal, presbiteral, episcopal), no se refiere a un hecho frecuente. Con todo, ya desde la antigüedad podemos observar de qué manera la Iglesia ya fue configurando algunas normas prácticas que regularon la "validez", o, por el contrario, la "invalidez" de una ordenación. 

Y, ante todo, debemos referirnos a los Apóstoles de Jesús, quienes "impusieron las manos" a otros fieles al tiempo que hacían sobre estos una "oración", como señal de asociación al ministerio que Jesús les había confiado, como se lee, p. ej., en He 6,6 y 14,23. Que no se trató de otra finalidad (como podría ser la de una curación, o la de un simple encomienda o de un buen deseo, como en He 13,3) lo afirman el texto recién citado de He 14,23, y aquellos que hacen alusión explícita al ministerio que Pablo confió, junto con el colegio de presbíteros, a su discípulo Timoteo (cf. 1Tm 4,14; 5,22; 2Tm 1,6). 

Lo que tanto a los Apóstoles como a sus sucesores les fue quedando muy claro consistió, sin duda alguna, en que la única motivación y manera de ejercer los diversos ministerios en la comunidad cristiana, debía ser la del servicio, un servicio "de amor" como aquel del que Jesús mismo había dado ejemplo, "hasta dar la vida", y que, en aquellos que iban siendo llamados por puro "don de Dios", crecientemente se fue configurando y haciéndose cada vez más exigente, más total y empeñativo de toda la vida, hasta la dedicación o "consagración" total a Dios mediante su participación en el "pontificado" de Jesucristo (cf. carta a los Hebreos).

En los siglos sucesivos se fueron estableciendo nuevas normas. El primer concilio ecuménico que estableció una "irregularidad" para los presbíteros fue el de Nicea del año 325, que estableció en el c. 25 la necesidad de los "escrutinios" para ordenarlos, uno de cuyos puntos consistía en la constatación de que el candidato sí era súbdito del Obispo ordenante. De la misma manera procedió el Concilio provincial de Cartago del 397, en el c. 22. El Concilio ecuménico de Calcedonia del 451, por su parte, en el c. 6 prohibió las llamadas "ordenaciones absolutas". Y luego, el II de Nicea, del 787, prohibió e invalidó las ordenaciones que fueran realizadas por parte del poder civil. El Concilio provincial Romano de 1059 así mismo prohibió y dejó sin efecto las ordenaciones "simoníacas" (cf. DS 691-694; 701-702; 705; 707; 710: Lateranense I). La diversidad de opiniones en relación con la validez o no de las ordenaciones efectuadas por fieles cristianos que habían caído en cisma o en herejía no siempre tuvo una aceptación ni un rechazo unánime, como se ve en los distintos pronunciamientos de la época cercana al primer milenio cristiano y a comienzos del segundo - 1088 y 1091 - (cf. DS 356; 478 y 705, por una parte; 128, de otra; sobre la nulidad de las ordenaciones anglicanas se pronunció expresamente el Papa León XIII en 1896, DS 3315). Interesante fue la decisión sobre un caso en el que el ordenado "desconocía su propia ordenación", en cuyo caso "abiiciendus est" (DS 592). Sobre el "carácter" (estabilidad, no caducidad, no iterabilidad) que imprime este sacramento, se pronunció el Concilio de Ferrara-Florencia de 1439 (DS 1311-1313).  

El Concilio de Trento, a su vez, precisó estos puntos de la fe cristiana, a saber: a) el sacramento del Orden corresponde a la dimensión social, visible y externa de la Iglesia (DS 1764; 1771) y forma parte del designio de Dios Padre (DS 1764); b) el sacerdocio, en los dos grados del sacramento del Orden que lo otorgan, con la potestad de orden que lleva consigo (obrar "in persona Christi" caput), fue instiuido por el mismo Jesucristo (DS 1740; 1752; 1764; 1773) y capacita a quienes lo reciben para consagrar, ofrecer y administrar el cuerpo y sangre de Cristo (DS 1764; 1771); c) el ministro de la ordenación es un Obispo (DS 1768; 1777); d) reiteró varias de las enseñanzas de los Concilios anteriores en relación con materias ya señaladas (intervención de autoridades civiles, etc.) y declaró solemnemente la invalidez de las ordenaciones llevadas a cabo en tales condiciones (DS  1767 y, por lo tanto, no son ya más "laicos"; 1769). 

La doctrina posterior fue expuesta más ampliamente por los diversos Pontífices romanos - Pío XI (1935), Pío XII (1950) -, por el Concilio Vaticano II (cf. v. gr. PO 2), y luego por Pablo VI (1968: el "servicio" como característica del sacramento en todos sus grados), por Juan Pablo II ("sacerdocio jerárquico"), Benedicto XVI ("consagración a Dios"), Francisco ("don de Dios").

La doctrina y la disciplina fijaron, pues, unos criterios básicos en relación con la nulidad de una ordenación. Ya se ha advertido en otro momento de este Curso que existe también la posibilidad de la "dispensa" de los compromisos y obligaciones ministeriales, en particular de las sacerdotales a los que hubieran recibido el presbiterado, y la prohibición de ejercer las labores del sacerdocio, cuando existen causas "graves" (diáconos) o "gravísimas" (presbíteros). 

De la evolución de las normas universales relacionadas con los "procesos" de "declaración de la nulidad de la ordenación" ("actio nullitatis") también se pueden indicar algunos momentos destacados: el CIC17, en los cc. 211*, 1993*-1998*; después de éste, los decretos de Pío XI (1931: Regulae Servandae (diei 9 iunii 1931, in AAS 23, 1931, 457ss)) y de san Pablo VI (1967). Y los presentes, del CIC83. 

El Papa san Juan Pablo II en la const. ap. Pastor bonus (1988), de reorganización de la Curia Romana, encomendó el trámite de estas causas a la Congregación del Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos. Esta Congregación, a su turno, el 16 de octubre de 2001 hizo público el Decreto "Ad satius tutiusque consulendum" por medio del cual "Regulae Servandae ad nullitatem sacrae Ordinationis declarandam foras dantur" (https://www.vatican.va/archive/aas/documents/AAS-94-2002-ocr.pdf: AAS 94 2002 292-300), de modo que ya no sólo se puede obrar por la vía judicial en tales casos sino también por la vía administrativa, cuyo procedimiento ha sido perfeccionado.

El S. P.  Benedicto XVI, sin embargo, juzgó oportuno, en su momento, que estas causas fueran estudiadas por un nuevo "Departamento" que establecía al interior de la Rota Romana. Volveremos sobre el m. p. Quaerit semper en su debido momento.

A las razones antes mencionadas, algunos autores han sugerido añadir otras, en orden a solicitar la mencionada declaración de nulidad de la ordenación, insistiendo en las condiciones sujetivas (la intención, libertad, "varón bautizado", v. gr.) del candidato, o en las objetivas (el ministro, el rito).

2. Debemos recordar que la Comisión para la Revisión del Código de Derecho Canónico se subdividió en pequeños grupos (coetus), uno de los cuales tuvo por objeto el estudio de los cc. relacionados con “los procesos”.

En la sesión XII del grupo, ocurrida entre el 21 y el 24 de febrero de 1972, estuvieron presentes los Consultores designados como Miembros del grupo de estudios: los Obispos Aurelius Sabattani y Ioannes Kaldany; los monseñores Carolus Lefebvre, Iosephus M. Pinto (de Colombia), Iosephus Damizia, Stephanus Kelleher, Ioseph de Castro Nery, Ioannes Barry y Elias Jarawan; los RR. PP. Christopherus Berutti y Eduardus Regatillo. Además de ellos estuvieron el R. P. Raimundus Bidagor S.J., Secretario General de la Comisión, y el R. P. Franciscus Voto, de los Estudios de la misma Comisión. La cuarta reunión fue presidida por el Em. Sr. Cardenal y Presidente de la Comisión, Pericles Felici, y las demás por el P. Bidagor. En dicha sesión fueron examinadas las siguientes cuestiones: a) sobre el proceso contencioso sumario; b) sobre las causas de disolución del matrimonio en favor de la fe; c) sobre la posibilidad de mantener algunas normas particulares en relación con los juicios que se refieren a los cc. 1993*-1998* y 2142*-2194*. El Obispo Sabattani ejerció como Relator para las cuestiones primera y tercera, mientas que mons. Damizia lo hizo en relación con la segunda cuestión. Los Relatores habían preparado los esquemas de los cc. y los habían distribuido previamente a la sesión a los Consultores. Los Consultores Lefebvre, Pinto, Kelleher, Barry, Jarawan, Berutti y Regatillo habían preparado su voto acerca de las cuestiones propuestas.

En la reunión séptima, del 24 de febrero de 1972, el P. Relator expresó su pensamiento acerca de la tercera cuestión, que correspondía tratar en ese día, es decir, si convenía o no que se mantuvieran en el CIC algunas normas, que serían revisadas igualmente, en relación con aquellos juicios sobre los que versan los cc. 1993*-1998* (Titulus XXI. De causis contra sacram ordinationem)[i] y 2142*-2194* (Pars Tertia. De modo procedendi in nonnullis expediendis negotiis vel sanctionibus poenalibus applicandis)[ii]. En su concepto, todos los otros juicios, excepto los vistos anteriormente, tienen la índole de un proceso administrativo. Como esta comisión había preparado un esquema sobre el procedimiento administrativo, también los asuntos de los que tratan los cc. 1993*-1998* y 2142*-2194* podrían ser tratados de la misma manera. Convenía, pues, que se conservaran algunas normas peculiares tanto en relación con la remoción y el traslado de los párrocos, así como sobre algunas sanciones penales que se deben infligir a los clérigos. El Consultor primero piensa que absolutamente todos los negocios, de los que se ha tratado anteriormente, pueden ser tratados mediante el procedimiento administrativo, y no se requiere otra norma que haya de ser establecida para tratar algún negocio particular. Y todos los demás consultores concordaron con el P. Relator.

Ocho años después, reunido el grupo de trabajo “de processibus” entre el 26 y el 29 de febrero de 1980 (integrado por algunos nuevos miembros), se dispuso, sin embargo, lo siguiente:

“Consultores censent in novo Schemate de Processibus haberi lacunam quae compleri debet. Desunt scilicet canones de causis contra validitatem sacrae Ordinationis. Consultores suas sententias proferunt circa necessitatem huiusmodi proceduram apparandi ad instar canonum qui habentur in CIC (cc. 1993*- 1998*). Ideo, collatis consiliis, ita schema canonum redigunt:
Can. 1: Validitatem sacrae ordinationis ius habent accusandi sive ipse clericus, sive Ordinarius cui clericus subsit vel in cuius dioecesi ordinatus sit.
Can. 2: § 1. Libellus mitti debet ad competentem Sacram Congregationem, quae decernet utrum causa ab ipsa Sacra Congregatione an a tribunali ab ea designato sit agenda. § 2. Misso libello, clericus ordines exercere ipso iure vetatur.
Can. 3: Si Sacra Congregatio causam ad tribunal remiserit, serventur, nisi rei natura obstet, canones de iudiciis in genere et de iudicio contentioso ordinario, salvis praescriptis huius tituli.
Can. 4: In his causis defensor vinculi iisdem gaudet iuribus iisdemque tenetur officiis quibus defensor vinculi matrimonialis.
Can. 5: Post secundam sententiam quae nullitatem sacrae ordinationis confirmaverit, clericus omnia iura statui clericali propria amittit et ab omnibus obligationibus liberatur.
Unus Consultor non approbat formulam can. 5, quia, si sacra ordinatio fuerit nulla, dici non potest de liberatione ab oneribus vel de omissione iurium, quae numquam clericus habuit.
Alii Consultores autem censent talem clericum revera habuisse statum clericalem, quamvis ex titulo putativo, et post declarationem nullitatis sermo fieri potest de amissione iurium ac de liberatione ab oneribus.
Hoc schema canonum « De causis ad sacrae ordinationis nullitatem declarandam » poni debet in Libro « De Processibus », Parte III, « De iudiciis specialibus » (F. VOTO, Actuarius)”.[2]
Durante el proceso de revisión del CIC17, los cc. correspondientes (1993*-1998*) fueron examinados y reformados en diversos puntos. Ante todo se ha de notar que el CIC17 distinguía tres especies de situaciones:

  • Un proceso exclusivamente judicial de acuerdo con el c. 214* para el clérigo que recibió un orden sagrado coaccionado por miedo grave, pero que no ha ratificado dicho orden mediante el ejercicio del mismo[3] y, al término del cual proceso, quedaba libre de las obligaciones propias del estado eclesiástico, pero no del carácter sacramental;
  • Un proceso “disciplinar” (llamado también gubernativo) o judicial de acuerdo con el c. 1993 § 1*, primer inciso, para quien “impugna las obligaciones contraídas por la sagrada ordenación”: sólo el mismo clérigo podía pedir “la nulidad de cargas” si juzgaba que “por la sagrada ordenación no contrajo las obligaciones anejas al orden” (c. 1994 § 2*);
  • Un proceso igualmente “disciplinar” o judicial de acuerdo con el c. 1993 § 1*, segundo inciso, para quien “impugna […] la validez de la misma” (sagrada ordenación): esta podía ser impugnada “tanto por el clérigo como por el Ordinario de quien es súbdito o en cuya diócesis fue ordenado” (c. 1994 § 1*).
La S. Congregación de Sacramentos, posteriormente, reguló la materia a través del decreto Ut locorum Ordinarii del 9 de junio de 1931[iii]

El CIC vigente simplificó entonces la materia[4] y la recogió en un único proceso, que puede desarrollarse tanto por vía administrativa como por vía judicial, pero según la determinación que tome al respecto la “Congregación competente”.

3. Ahora bien, el asunto toca, como sabemos, con aspectos muy delicados desde el punto de vista de la doctrina teológica (dogmática teológica) acerca de la ordenación sacerdotal y de sus efectos en la persona que válidamente la reciba, que, debemos recordar, pues ellos tocan con elementos fundamentales generales relacionados con los sacramentos (http://teologocanonista2016.blogspot.com/2019/10/l_7.html) como con aquellos que específicamente se refieren al sacramento del Orden (http://teologocanonista2016.blogspot.com/2019/12/l.html), y, simultáneamente, con otros de orden ritual, que elabora la teología litúrgica – que el c. 2 excluye de nuestra competencia –, y con otros de orden disciplinar, que corresponden propiamente al Derecho canónico y a sus cimientos teológicos. 

En relación con los primeros, la doctrina se encuentra en forma resumida en el Catecismo de la Iglesia Católica, y es expuesta de la siguiente manera: 

1573 El rito esencial del sacramento del Orden está constituido, para los tres grados, por la imposición de manos del obispo sobre la cabeza del ordenando[5], así como por una oración consecratoria específica[6] que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado (cf Pío XII, Const. ap. Sacramentum Ordinis, DS 3858).”

Esta precisión doctrinal teológica tiene, entre otras, una aplicación y consecuencia fundamental referida a la celebración de la eucaristía, que recoge el mismo Catecismo de la siguiente manera:

1348 Todos se reúnen. Los cristianos acuden a un mismo lugar para la asamblea eucarística. A su cabeza está Cristo mismo que es el actor principal de la Eucaristía. Él es sumo sacerdote de la Nueva Alianza. Él mismo es quien preside invisiblemente toda celebración eucarística. Como representante suyo, el obispo o el presbítero (actuando in persona Christi capitis) preside la asamblea, toma la palabra después de las lecturas, recibe las ofrendas y dice la plegaria eucarística. Todos tienen parte activa en la celebración, cada uno a su manera: los lectores, los que presentan las ofrendas, los que dan la comunión, y el pueblo entero cuyo "Amén" manifiesta su participación.

"1411 Sólo los presbíteros válidamente ordenados pueden presidir la Eucaristía y consagrar el pan y el vino para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre del Señor.”[7] 

Sólo un Obispo o presbítero “válidamente ordenado” puede actuar “in persona Christi capitis”. Pero, ¿qué sucede cuando una persona no fue “válidamente ordenada”, bien porque no lo fue por un Obispo verdadero – en la tradición o sucesión apostólica – y, además, que estuviera – actualmente – en comunión con el Papa y el Colegio episcopal; o bien, porque, siéndolo, no tenía la intención genuina de actuar de conformidad con la intención de la Iglesia y de ordenar presbítero al candidato; o bien, porque, aun teniendo tal intención, no ejecutó debidamente la materia del sacramento, o sí lo hizo, pero empleando una oración que no fuera la consecratoria específica? ¿Puede decirse que un sujeto en tales circunstancias realmente recibió el sacramento del Orden y el “sagrado carácter”, y, además, entró a formar parte del clero en calidad de presbítero o de Obispo, y, en consecuencia, que asumió derechos y obligaciones consecuentes con dicha inválida “ordenación”? El tema concerniente a la validez del sacramento del Orden canónicamente es, pues, sumamente relevante.

 

1. ¿Quién puede acusar la validez de la sagrada ordenación?


C. 1708 

Dos afirmaciones fundamentales encontramos en la doctrina de la Iglesia en relación con el sacramento del Orden (http://teologocanonista2016.blogspot.com/2019/12/l_24.html)[8].

1°) En tensión con lo expuesto, se ha de reafirmar la doctrina sobre el "carácter" del sacramento, la cual tiene su raíz en la gratuita e irrevocable acción de Dios que prioritaria y principalmente (ex opere operato[9]) se opera en el sacramento, de una manera que san Pablo expresó de manera lapidaria y breve: “Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables” (Rm 11,29).
 
Muy seguramente, entonces, habrá que, en principio, estar en favor de la validez perenne de la sagrada ordenación (papel del Defensor del vínculo), pues, no sería normal u ordinario admitir que, tras los años de seminario y cumplidos los debidos trámites orientados a garantizar dicha validez, la materia y/o la forma del sacramento[10], y con ellos la intención misma de la Iglesia por parte del Obispo ordenante, a último momento, fueran pretermitidos (cf. cc. 1009 § 2; 1012 § 2: http://teologocanonista2016.blogspot.com/2019/12/l_24.html).

Pero podría ocurrir. Y esta es la hipótesis sobre la que trabaja este título: que la ordenación no haya sido válida – lo cual se habría de demostrar –, y, por lo tanto, se cuestione la existencia misma del sacramento en la persona (c. 1024) de quien formal y/o materialmente – en cuanto a los elementos externos o a sus prerrequisitos – aparentó recibirla.

2°) Por su parte, establece el c. que el derecho a acusar la validez de la ordenación reposa en el mismo clérigo así como en el Ordinario de quien depende, o el Ordinario de la diócesis donde fue ordenado. Y es a este aspecto, sobre todo en las condiciones subjetivas del ordenando, y a sus consecuencias jurídicas, precisamente, al cual se da importancia en este Título.


2. ¿Ante quién ha de presentarse la solicitud y qué efectos tiene ella?

C. 1709

 § 1

Se trata de la presentación de una solicitud, por lo cual, la manera misma de exhibirla, con el debido acatamiento, debería caracterizarla.

Se debe presentar ante la “Congregación competente”, que era anteriormente la Congregación para el Culto Divino y para la Disciplina de los Sacramentos[11] y ahora, como se explicó, el Departamento peculiar creado al interior de la Rota Romana. Ella decidirá si se ha de adelantar un proceso por la vía administrativa o por la vía judicial, en cuyo caso lo redirige al tribunal correspondiente.

§ 2

A partir del momento en que se presenta la petición ante la Rota, el clérigo queda suspendido ipso iure del ejercicio de las órdenes recibidas.


Apostilla

NdE

Como se dijo, más recientemente, el S. P. Benedicto XVI efectuó un cambio en esta disciplina. Lo hizo mediante el m. p. Quaerit semper, del 30 de agosto de 2011, que, al efecto, señala lo siguiente:

" CARTA APOSTÓLICA

EN FORMA DE MOTU PROPRIO

QUAERIT SEMPER

DEL SUMO PONTÍFICE
BENEDICTO XVI



con la que se modifica la Constitución apostólica Pastor bonus y se trasladan algunas competencias de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos al nuevo Departamento para los procedimientos de dispensa del matrimonio rato y no consumado y las causas de nulidad de la sagrada Ordenación constituido en el Tribunal de la Rota Romana.

La Santa Sede ha procurado siempre adecuar su propia estructura de gobierno a las necesidades pastorales que en cada período histórico surgían en la vida de la Iglesia, modificando por ello la organización y la competencia de los Dicasterios de la Curia Romana.

Además, el Concilio Vaticano II confirmó dicho criterio subrayando la necesidad de adecuar los Dicasterios a las necesidades de los tiempos, de las regiones y de los ritos, sobre todo en lo relativo a su número, denominación, competencia, modos de proceder y coordinación recíproca (cfr. Decr. Christus Dominus, 9).

Siguiendo dichos principios, mi Predecesor, el beato Juan Pablo II, procedió a una reordenación global de la Curia Romana mediante la Constitución apostólica Pastor bonus, promulgada el 28 de junio de 1988 (AAS 80 [1988] 841-930), concretando las competencias de los diversos Dicasterios según el Código de Derecho Canónico promulgado cinco años antes y las normas que ya se preveían para las Iglesias orientales. Más adelante, con sucesivas medidas, tanto mi Predecesor como yo mismo, hemos intervenido modificando la estructura y la competencia de algunos Dicasterios para responder mejor a la nuevas exigencias.

En las circunstancias actuales, ha parecido conveniente que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos se dedique principalmente a dar nuevo impulso a la promoción de la Sagrada Liturgia en la Iglesia, según la renovación querida por el Concilio Vaticano II a partir de la Constitución Sacrosanctum Concilium.

Por lo tanto, he considerado oportuno transferir a un nuevo Departamento constituido en el Tribunal de la Rota Romana la competencia de tratar los procedimientos para la concesión de la dispensa del matrimonio rato y no consumado y las causas de nulidad de la sagrada Ordenación.

En consecuencia, a propuesta del Eminentísimo Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y con el parecer favorable del Excelentísimo Decano del Tribunal de la Rota Romana, oído el parecer del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, establezco y decreto lo siguiente:

Art. 1.

Quedan derogados los artículos 67 y 68 de la citada Constitución apostólica Pastor bonus.

Art. 2.

El artículo 126 de la Constitución apostólica Pastor bonus queda modificado de acuerdo con el texto siguiente:

“Art. 126 § 1. Este Tribunal actúa ordinariamente como instancia superior en grado de apelación ante la Sede Apostólica con el fin de tutelar los derechos en la Iglesia, provee a la unidad de la jurisprudencia y, a través de sus sentencias, sirve de ayuda a los Tribunales de grado inferior.

§ 2. Se constituye en este Tribunal un Departamento al que compete examinar el hecho de la no consumación del matrimonio y la existencia de causa justa para conceder la dispensa. A tal fin, recibe todas las actas junto con el parecer del Obispo y las observaciones del Defensor del Vínculo, pondera atentamente, según un procedimiento especial, la solicitud para obtener la dispensa y, si se da el caso, la somete al Sumo Pontífice.

§ 3. Dicho Departamento es competente también para tratar las causas de nulidad de la sagrada Ordenación, a tenor del derecho universal y propio, congrua congruis referendo.

Art. 3.

El Departamento para los procedimientos de dispensa del matrimonio rato y no consumado y las causas de nulidad de la sagrada Ordenación está dirigido por el Decano de la Rota Romana, asistido por Oficiales, Comisarios delegados y Consultores.

Art. 4.

El día de la entrada en vigor de las presentes normas, los procedimientos de dispensa del matrimonio rato y no consumado y las causas de nulidad de la sagrada Ordenación pendientes ante la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos se trasladarán al nuevo Departamento en el Tribunal de la Rota Romana, que las resolverá.

Cuanto he decidido en esta Carta apostólica en forma de Motu Proprio, ordeno que se observe en todas sus partes, sin que obste nada en contrario, aunque sea digno de especial mención, y establezco que se promulgue mediante la publicación en el diario “L'Osservatore Romano”, entrando en vigor el día 1 de octubre de 2011.

Dado en Castelgandolfo, el día 30 de agosto del año 2011, séptimo de Nuestro Pontificado.



BENEDICTUS PP. XVI"

El texto puede verse en: https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/motu_proprio/documents/hf_ben-xvi_motu-proprio_20110830_quaerit-semper.html




3. ¿Cuál ha de ser el modo de proceder en estos casos?

C. 1710

Cuando el mencionado Departamento envía la causa a un tribunal (vía judicial) éste deberá seguir:

·         Las normas del presente título;

·         Las normas sobre los juicios en general y sobre el juicio contencioso ordinario

o   A no ser que la naturaleza del asunto exija otra cosa.

Por lo tanto, el tribunal ha de estar conformado colegialmente, es decir, por tres jueces.

Cuando se opta por la vía administrativa el trámite comienza por una etapa diocesana y termina en una etapa dicasterial, cada una de ellas bien delineada. La etapa diocesana concluye con el parecer del instructor sobre la solicitud y con el voto del Ordinario acerca de la misma, seguido de una manifestación del mismo Ordinario sobre la posibilidad de escándalo en el caso.

Es posible, sin embargo, que sobre una actuación administrativa de esta índole se pueda efectuar un recurso jerárquico ante la propia Rota Romana o ante la Signatura Apostólica.

4. ¿Ha de participar en estas causas un Defensor del vínculo y cuáles son sus competencias?

C. 1711

En las causas para declarar la nulidad de la sagrada ordenación debe participar el Defensor del vínculo. En estos procesos él tiene “los mismos derechos” y “las mismas obligaciones que el defensor del vínculo matrimonial”, es decir, esencialmente la defensa de la validez de la ordenación.

Por supuesto que en estas causas está de por medio el bien común, y, aunque no lo mencione expresamente el c., deberá actuar también el promotor de justicia de acuerdo con el c. 1430.


5. ¿Qué efectos tiene la segunda sentencia conforme de la nulidad de una ordenación?

C. 1712

La sentencia pronunciada por el tribunal de primera instancia puede ser apelable. Como se ha visto oportunamente, los procesos ordinarios poseen dos o más instancias, al término de las cuales se da una sentencia. Cuando existen dos sentencias conformes en favor de la nulidad de la ordenación, el clérigo “pierde todos los derechos propios del estado clerical y queda libre de todas sus obligaciones” (http://teologocanonista2016.blogspot.com/2018/04/l_27.html).

 No se dice nada más.

 


 Bibliografía

Con mucho gusto hago referencia al trabajo de grado del P. Rogelio Rojas Marroquín, de la Arquidiócesis de Florencia, Colombia, al que tituló "La nulidad de la ordenación sacerdotal. Principios jurídico-canónicos", presentado en 2016 en la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Javeriana. El texto puede verse en: 

https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/21218/RojasMarroquinRogelio2016.pdf?sequence=1



 

Título III. De los modos de evitar los juicios
 

TITULUS III. DE MODIS EVITANDI IUDICIA

 

 

TITULUS III
DE MODIS
EVITANDI IUDICIA

TÍTULO III

DE LOS MODOS DE EVITAR LOS JUICIOS (Cann. 1713-1716)

Can. 1713 — Ad evitandas iudiciales contentiones transactio seu reconciliatio utiliter adhibetur, aut controversia iudicio unius vel plurium arbitrorum committi potest.

1713 Para evitar los litigios judiciales, es útil emplear la transacción o reconciliación, o someter la controversia al juicio de uno o varios árbitros.

Can. 1714 — De transactione, de compromisso, deque iudicio arbitrali serventur normae a partibus selectae vel, si partes nullas selegerint, lex ab Episcoporum conferentia lata, si qua sit, vel lex civilis vigens in loco ubi conventio initur.

1714 Para la transacción, el compromiso y el juicio arbitral se observarán las normas establecidas por las partes o, a falta de ello, la ley dada por la Conferencia Episcopal, si la hay, o la ley civil vigente en el lugar donde se concluye el convenio.

Can. 1715 — § 1. Nequit transactio aut compromissum valide fieri circa ea quae ad bonum publicum pertinent, aliaque de quibus libere disponere partes non possunt.

§ 2. Si agitur de bonis ecclesiasticis temporalibus, serventur, quoties materia id postulat, sollemnitates iure statutae pro rerum ecclesiasticarum alienatione.

1715 § 1.    No cabe hacer válidamente transacción o compromiso sobre lo que pertenece al bien público ni sobre otras cosas de las cuales no pueden disponer libremente las partes.

§ 2.    Cuando se trate de bienes eclesiásticos temporales, deben cumplimentarse, siempre que lo exija su objeto, las solemnidades requeridas por el derecho para la enajenación de cosas eclesiásticas.

Can. 1716 — § 1. Si lex civilis arbitrali sententiae vim non agnoscat, nisi a iudice confirmetur, sententia arbitralis de controversia ecclesiastica, ut vim habeat in foro canonico, confirmatione indiget iudicis ecclesiastici loci, in quo lata est.

§ 2. Si autem lex civilis admittat sententiae arbitralis coram civili iudice impugnationem, in foro canonico eadem impugnatio proponi potest coram iudice ecclesiastico, qui in primo gradu competens est ad controversiam iudicandam.

1716 § 1.    Si la ley civil no reconoce eficacia a la sentencia arbitral que no está confirmada por el juez, para que la sentencia arbitral sobre una controversia eclesiástica tenga eficacia en el fuero canónico, necesita también la confirmación del juez eclesiástico del lugar en el que se ha dado.

 § 2.    Si la ley civil admite la impugnación de la sentencia arbitral ante el juez civil, en el fuero canónico puede proponerse la misma impugnación ante el juez eclesiástico que sea competente para juzgar la controversia en primera instancia.

 

 

Como se expuso al hacer el comentario al c. 1446 §§ 1 y 2 (y a ello referimos, cf. supra, P. I, S. II, T. III, C. I, I, 1: http://teologocanonista2016.blogspot.com/2021/01/l-vii-p-i-s-ii-t-iii-oficios-de-jueces.html), la Iglesia encomienda esta delicada pero fundamental actividad a todos los jueces, a los Obispos en primer término. Se trata de un punto fundamental en la vida de la Iglesia porque están de por medio la caridad, valores evangélicos y otras virtudes humanas.

Estos cc. 1713-1714 del Título III son, por su ubicación, como el colofón del Libro VII. Pero indican un principio de realidad: que, aun cuando en la comunidad cristiana existen conflictos y controversias, ello forma parte apenas de uno de los puntos de una tensión que está aún sin resolver: el punto del “ya”, mientras caminamos a la espera de lo que “todavía no” es. Por lo cual, se debe aspirar a que, durante este tiempo en que intentamos y encontramos los mejores medios institucionales[12] para llevar a cabo las relaciones bautismales “internas” más excelentes[13] así como las demás relaciones[14], todas estas nuestras formas institucionales y pastorales, dentro de su contingencia, expresen la presencia y la fuerza del Espíritu del Señor Jesús en la Iglesia y el logro consecuente y constante, por parte nuestra, de ese tipo (cf. Col 1,15-16.19) que estamos llamados a alcanzar y que Él ha conquistado en su Pascua: en “justicia y santidad verdaderas” (cf. Ef 4,22-24).

Así, los cc. 1713 y 1714 proponen medios de “reconciliación” y de “transacción” en asuntos que así lo admitan; o el empleo del “compromiso” o del “juicio arbitral”, si llegare a ser el momento. Del mismo modo, se sugieren los procesos judiciales o administrativos para poner fin a las desavenencias o para solicitar las definiciones o los reclamos de derechos. Todo ello, en concordancia con las normas que establezcan las leyes civiles pero también las Conferencias de Obispos dentro de sus atribuciones.








Notas de pie de página



[1] Establece el c. 124: “§ 1. Para que un acto jurídico sea válido, se requiere que haya sido realizado por una persona capaz, y que en el mismo concurran los elementos que constituyen esencialmente ese acto, así como las formalidades y requisitos impuestos por el derecho para la validez del acto. § 2. Se presume válido el acto jurídico debidamente realizado en cuanto a sus elementos externos.”
[2] (Comisión para la Reforma del Código de Derecho canónico, 12 1980, págs. 199-200).
[3] Considero que se trataba de un cierto paralelismo no tan lejano con el tratamiento dado a la figura del matrimonio rato pero no consumado; pero, a diferencia de este, del cual se pide una dispensa, del orden recibido no se hablaba de su nulidad sino solamente de una “reducción al estado clerical, por sentencia del juez”, quedando, el así ordenado, “sin obligación alguna del celibato ni de las horas canónicas” (c. 214*).
[4] (Pontificum Consilium de Legum Textibus, 2020, pág. 348; 370).
[5] Corresponde a la “materia” del sacramento. El texto de la const. dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano II es nítido en su formulación y exigencia de este elemento esencial:
“Para realizar estos oficios tan excelsos, los Apóstoles fueron enriquecidos por Cristo con una efusión especial del Espíritu Santo, que descendió sobre ellos (cf. Hch 1,8; 2,4; Jn 20,22-23), y ellos, a su vez, por la imposición de las manos, transmitieron a sus colaboradores este don espiritual (cf. 1 Tm 4,14; 2 Tm 1,6-7), que ha llegado hasta nosotros en la consagración episcopal [54]. […] Pues según la Tradición, que se manifiesta especialmente en los ritos litúrgicos y en el uso de la Iglesia tanto de Oriente como de Occidente, es cosa clara que por la imposición de las manos y las palabras de la consagración se confiere [56] la gracia del Espíritu Santo y se imprime el sagrado carácter [57], de tal manera que los Obispos, de modo visible y eminente, hacen las veces del mismo Cristo, Maestro, Pastor y Pontífice, y actúan en lugar suyo [58]. Pertenece a los Obispos incorporar, por medio del sacramento del orden, nuevos elegidos al Cuerpo episcopal” (LG 21b). 
“En el grado inferior de la Jerarquía están los diáconos, que reciben la imposición de las manos «no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio»[110]” (LG 29.a).
[6] Corresponde a la “forma” del sacramento.
[7] Siguiendo la lógica del razonamiento elaborado en el seno del grupo de revisión del CIC17, ¿se podría tratar acaso, podría ocurrir el caso, de la confección de la eucaristía “ex titulo putativo”?
Se ha de recordar que en no pocas ocasiones muchos fieles se han visto engañados por los que popularmente las personas denominan “falsos sacerdotes”, a quienes se les ha solicitado la celebración de sacramentos (y de otros actos de culto) que exigen no sólo haber recibido la gracia bautismal para ser celebrados (responsos u oraciones por los difuntos, bendiciones, bautismos, v. gr.), sino propiamente la auténtica recepción del sacramento del Orden (la misa, p. ej.), y, además, la actual y propia comunión con su Obispo y con los Obispos. Puede verse, al respecto, la información de ACI: “Esto es lo que necesitas saber para reconocer a un falso sacerdote” (27 de abril de 2020), en: https://www.aciprensa.com/noticias/cinco-pasos-para-reconocer-a-un-falso-sacerdote-88322
[8] Desde su perspectiva, también se refiere a este punto el Catecismo de la Iglesia Católica en los siguientes términos:
1582 Como en el caso del Bautismo y de la Confirmación, esta participación en la misión de Cristo es concedida de una vez para siempre. El sacramento del Orden confiere también un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado (cf Concilio de Trento: DS 1767; LG 21.28.29; PO 2).
1583 Un sujeto válidamente ordenado puede ciertamente, por causas graves, ser liberado de las obligaciones y las funciones vinculadas a la ordenación, o se le puede impedir ejercerlas (cf CIC can. 290-293; 1336, §1, 3 y 5; 1338, §2), pero no puede convertirse de nuevo en laico en sentido estricto (cf. Concilio de Trento: DS 1774) porque el carácter impreso por la ordenación es para siempre. La vocación y la misión recibidas el día de su ordenación, lo marcan de manera permanente.”
[9] El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
1127 Celebrados dignamente en la fe, los sacramentos confieren la gracia que significan (cf. Concilio de Trento: DS 1605 y 1606). Son eficaces porque en ellos actúa Cristo mismo; Él es quien bautiza, Él quien actúa en sus sacramentos con el fin de comunicar la gracia que el sacramento significa. El Padre escucha siempre la oración de la Iglesia de su Hijo que, en la epíclesis de cada sacramento, expresa su fe en el poder del Espíritu. Como el fuego transforma en sí todo lo que toca, así el Espíritu Santo transforma en vida divina lo que se somete a su poder.
1128 Tal es el sentido de la siguiente afirmación de la Iglesia (cf. Concilio de Trento: DS 1608): los sacramentos obran ex opere operato (según las palabras mismas del Concilio: "por el hecho mismo de que la acción es realizada"), es decir, en virtud de la obra salvífica de Cristo, realizada de una vez por todas. De ahí se sigue que "el sacramento no actúa en virtud de la justicia del hombre que lo da o que lo recibe, sino por el poder de Dios" (Santo Tomás de Aquino, S. Th., 3, q. 68, a.8, c). En consecuencia, siempre que un sacramento es celebrado conforme a la intención de la Iglesia, el poder de Cristo y de su Espíritu actúa en él y por él, independientemente de la santidad personal del ministro. Sin embargo, los frutos de los sacramentos dependen también de las disposiciones del que los recibe.”
[10] Recordemos los elementos que precisa, y sobre los que argumenta, la teología fundamental sacramental:
a) la “materia” puede distinguirse entre la remota y la próxima, en ambos casos realizada en relación con la persona del candidato: la “remota” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1574) consiste en los ritos y símbolos complementarios de la ordenación, a saber: en el caso del Obispo, el crisma, la entrega del libro de los Evangelios, del anillo, de la mitra y del báculo; en el caso del presbítero, la entrega de la patena y del cáliz; en el caso del diácono, la consignación del libro de los Evangelios; la materia “próxima” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1573) es, sin embargo, la esencial: la imposición de manos del Obispo sobre la cabeza del ordenando;
b) la “forma” no es otra sino la oración de consagración, que es “específica para cada uno de los grados del Orden, por la cual se pide a Dios la efusión de su Espíritu Santo con los dones que Él otorga apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado”.
El Catecismo resume estos dos elementos de la siguiente manera: 
1573 El rito esencial del sacramento del Orden está constituido, para los tres grados, por la imposición de manos del obispo sobre la cabeza del ordenando, así como por una oración consecratoria específica que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado (cf Pío XII, Const. ap. Sacramentum Ordinis, DS 3858).”
[11] Como se señaló a propósito de dispensa del Matrimonio rato y no consumado, de acuerdo con el Reglamento interno del Dicasterio, aprobado por la Secretaría de Estado (prot. 340944 del 24 marzo 1994), la Congregación tiene dos sectores, uno Litúrgico y otro Disciplinar, y cada uno de ellos posee dos Oficinas. Corresponden al Sector Litúrgico: la Oficina primera, para el Culto y la Oficina segunda, para los Sacramentos; al Sector Disciplinario corresponden: la Oficina tercera, que se encarga de las causas relacionadas con nuestro asunto presente y se llama de la Disciplina de los Indultos, Dispensas y Procesos canónicos relacionados con el Orden; y, finalmente, la ya mencionada IV Oficina, para atender las causas de dispensa del Matrimonio rato y no consumado. Consulta del 16 de diciembre de 2020, en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/index_sp.htm y http://www.cultodivino.va/content/cultodivino/it.html
Corresponde a la Congregación y Oficina IIIa cuanto ha manifestado la Carta de la Secretaría de Estado (prot. N. 230.139 del 8 de febrero de 1989):
· Tratar en Comisiones Especial y Ordinarias las causas de dispensa de las obligaciones de la Ordenación y del estado clerical de Sacerdotes y Diáconos, tanto diocesanos como religiosos, y tanto de la Iglesia Latina como de las Iglesias Orientales;
· Ejercer competencia sobre “la pérdida del estado clerical” que se conecta con la dispensa de las obligaciones de la Ordenación y de los votos;
· Proveer al examen de las actas de los procesos judiciales “para la pérdida del estado clerical” y la integración de esta sentencia penal con la dispensa pontificia de las obligaciones clericales;
· Examinar y presentar a la consideración del Sumo Pontífice los casos para “la pérdida del estado clerical” que se va a irrogar “como pena” y “por oficio” (por razón del c. 1342 § 2) en situaciones de particular gravedad;
· Proveer a la eventual readmisión al “estado clerical” y a la reahabilitación para el ejercicio del ministerio de los clérigos que, después de su deserción y su laicización, lo solicitan según el c. 293.
En relación con el Orden sagrado, la jurisdicción de la Congregación fue reiterada, en su más reciente normatividad, por la (Constitución apostólica "Pastor Bonus", 1988), en los arts. 62; 63 y 68 de la Parte III Congregaciones. Aunque se sabe que estas normas se encuentran en cierta interinidad pues el S. P. Francisco ha determinado hacer una nueva revisión de las Congregaciones y de los demás Dicasterios de la Curia Romana, para lo cual está adelantando una amplísima consulta, al cargo de la cual ha colocado una Comisión de Cardenales que viene operando desde el 13 de abril de 2013 (https://www.elpais.com.co/mundo/papa-francisco-crea-comision-para-reformar-la-curia-romana.html; 13 de octubre de 2020, reunión virtual de la Comisión: https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2020-10/el-13-octubre-se-reune-consejo-de-cardenales.html).
Eventualmente, también la Congregación para la Doctrina de la Fe aborda este tipo de causas cuando existe un problema de tipo sustancial.
En virtud de la mencionada const. ap. podemos señalar que es competencia de la Oficina IIIa considerar las dispensas de las irregularidades y de los impedimientos para la licitud y la validez de la admisión a las Órdenes, así como conceder los indultos para licitud del ejercicio del Orden en algunos ministerios:
· art. 63: “(La Congregación) fomenta y tutela la disciplina de los sacramentos, especialmente en lo referente a su celebración válida y lícita; además, concede los indultos y dispensas que no entren en las facultades de los obispos diocesanos sobre esta materia”;
· art. 68: Trata y define los procesos canónicos relacionados con la declaración de nulidad de la Ordenación."
[12] Así lo sugieren los cc. citados, fundados, entre otros textos, en SC 1.
[13] NdE. Es un error, en mi opinión, pretender reducir las relaciones eclesiales – como ocurre también y a la manera de, por cierto, cuando superficialmente se habla del “Estado” sin distinguirlo adecuadamente del “Gobierno” de una nación, y se reduce todo a una oposición, incluso violenta, entre el Estado y sus ciudadanos, entre un Gobierno y el “pueblo” – a las relaciones “jerárquicas”, es decir, a las existentes y ciertamente esenciales entre la “jerarquía” de la Iglesia (o el “clero”, como también con cierta sorna lo denominan algunos) y el conjunto de los fieles (“laicos”), como si los miembros de dicho Orden dejaran de pertenecer al “pueblo de Dios” (el “Orden” bautismal). 
Dentro de este pueblo de Dios existen también aquellas otras relaciones – que también son esenciales, si bien desde otro punto de vista – que se establecen, p. ej., por razón del estado de vida– en el que una persona se encuentra: miembro de un Instituto de Vida Consagrada, v. gr., o de un Instituto propiamente Religioso, o de una Sociedad de Vida Apostólica, etc.; o por razón de los sacramentos recibidos o por recibir, como sucede con los catecúmenos o con quienes han recibido la confirmación o la eucaristía, u otro de los sacramentos, y, de manera particular, el del matrimonio, que genera un propio estado de vida; o, finalmente, pero no en último lugar, por razones de opresión, de sufrimiento, de condición, de ocupación, o de circunstancias de vida, etc., como muy bien lo advierte LG cap. V.
[14] Pudiéramos caer en un error eclesiológico si las denomináramos simplemente “externas” o aún “hacia fuera”, porque, la Iglesia, en realidad, está y vive inserta en el mundo, sin ser del mundo, como enseñaba Jesús (cf. Jn 17,11; 15,19).




Notas finales



[i] “Titulus XXI. De causis contra sacram ordinationem.
Can. 1993*. §1. In causis quibus impugnantur obligationes ex sacra ordinatione contractae vel ipsa sacrae ordinationis validitas, libellus mitti debet ad Sacram Congregationem de disciplina Sacramentorum vel, si ordinatio impugnetur ob defectum substantialem sacri ritus, ad Sacram Congregationem S. Officii; et Sacra Congregatio definit utrum causa iudiciario ordine an disciplinae tramite sit pertractanda. §2. Si primum, Sacra Congregatio causam remittit ad tribunal dioecesis quae clerico propria fuit tempore sacrae ordinationis, vel, si sacra ordinatio impugnetur ob defectum substantialem sacri ritus, ad tribunal dioecesis in qua ordinatio peracta fuit; pro gradibus vero appellationis standum praescripto can. 1594-1601. §3. Si alterum, ipsamet Sacra Congregatio quaestionem dirimit, praevio processu informativo peracto a tribunali Curiae competentis.
Can. 1994*. §1. Validitatem sacrae ordinationis accusare valet clericus peraeque ac Ordinarius cui clericus subsit vel in cuius dioecesi ordinatus sit. §2. Solus clericus, qui existimet se ex sacra ordinatione obligationes ordini adnexas non contraxisse, potest declarationem nullitatis onerum petere.
Can. 1995*. Ea omnia, quae tum in Sectione Prima huius Partis, tum in peculiari titulo de processu in causis matrimonialibus sunt dicta, servari etiam debent, congrua congruis referendo, in causis contra sacram ordinationem.
Can. 1996*. Defensor vinculi sacrae ordinationis iisdem gaudet iuribus iisdemque tenetur officiis quibus defensor vinculi matrimonialis.
Can. 1997*. Quamvis actio instituta fuerit non super ipsamet sacrae ordinationis nullitate, sed super obligationibus tantum ex ipsa sacra ordinatione exsurgentibus, nihilominus clericus est ad cautelam ab exercitio ordinum prohibendus.
Can. 1998*. §1. Ut clericus liber sit ab obligationibus quae a vinculo ordinationis manant, requiruntur duae sententiae conformes. §2. Quod ad appellationem attinet, in his causis serventur praescripta can. 1986- 1989 de causis matrimonialibus.”
[ii] “Pars Tertia. De modo procedendi in nonnullis expediendis negotiis vel sanctionibus poenalibus applicandis. [...]"
"Titulus XXVII. De modo procedendi in remotione parochorum inamovibilium. [...]
"Titulus XXVIII. De modo procedendi in remotione parochorum amovibilium. [...]
"Titulus XXIX. De modo procedendi in translatione parochorum. [...]"
"Titulus XXX. De modo procedendi contra clericos non residentes. [...]
"Titulus XXXI. De modo procedendi contra clericos concubinarios. [...]
"Titulus XXXII De modo procedendi contra, parochum in adimplendis paroecialibus officiis negligentem. [...]
"Titulus XXXIII. De modo procedendi in suspensione ex informata conscientia infligenda. [...]"
[iii] (S. Congregación de Sacramentos, 2020, págs. 457-492). El texto es el siguiente:
I. SACRA CONGREGATIO DE SACRAMENTIS.
REGULAE SERVANDAE IN PROCESSIBUS SUPER NULLITATE SACRAE ORDINATIONIS VEL ONERUM SACRIS ORDINIBUS INHAERENTIUM A SACRA CONGREGATIONE DE DISCIPLINA SACRAMENTORUM EDITAE. DECRETUM

Ut locorum Ordinarii in causarum instructione super nullitate sacrae ordinationis vel onerum eidem inhaerentium tutius et expeditius, ad tramitem iuris communis, procedant, sequentes regulae praestitutae sunt, quae, congrua congruis referendo, etiam pro causarum matrimonialium processibus conficiendis in plenariis Comitiis diei 27 Aprilis 1923 ab EE. PP. adprobatae fuerunt; uti praescribit ipse can. 1995, et iampridem iusserat Benedictus XIV in Const. Si datam, é Mart. 1748. Cum itaque eaedem regulae ab EE. PP. huius sacrae Congregationis de disciplina Sacramentorum fuissent maturo examine expensae, in plenariis Comitiis diei 29 Maii 1931 iidem ipsas probarunt, et publici iuris fieri, si Ssmo placuerit, rescripserunt. Ssmus autem D. N. Pius divina Providentia Papa XI, in audientia die 9 Iunii huius anni ab infrascripto S. C. Secretario habita, sententiam EE. PP. approbare et confirmare dignatus est, atque ut istae regulae ab omnibus ad quos spectat rite et religiose serventur, eas iussit edi in officiali Commentario Acta Apostolicae Sedis.
CAPUT I De foro competenti
1. - Ad Sacram Congregationem de disciplina Sacramentorum spectat cognoscere de causis contra ipsam validitatem sacrae ordinationis, vel de causis quibus impugnantur obligationes ex sacra ordinatione dimanantes (can. 24 9 § 3), salva competentia Supremae S. C . S. Officii (can. 1993).
2. - Nullus iudex inferior potest processum in hisce causis instruere, nisi Sedes Apostolica eidem facultatem fecerit.
CAPUT II De supplici libello ad petendam sacrae ordinationis aut onerum eidem adnexorum declarationem nullitatis
3. - «Validitatem sacrae ordinationis accusare valet clericus peraeque ac Ordinarius cui clericus subsit vel in cuius dioecesi ordinatus sit. Solus clericus, qui existimet se ex sacra ordinatione obligationes ordini adnexas non contraxisse, potest declarationem nullitatis onerum petere» (can. 1994 §§1,2) .
4. - § 1. Supplex libellus, qui semper Romano Pontifici erit inscribendus, et ad Sacram Congregationem de Sacramentis transmittendus, referat plenam et accuratam totius facti speciem et causas omnes, quae ad obtinendam petitam declarationem conducere possunt; appositis etiam die, mense et anno exhibiti libelli, nec non dioecesi originis, vel ea in qua actor actu commoratur. § 2. Curandum est ut libellus referat genuinam factorum narrationem, ab ipso actore exaratam et subscriptam (cf. in Appendice n. II). § 3. Quamvis eidem actori integrum sit libellum ad Sanctam Sedem transmittere, expedit tamen, et semper suadendum est, ut id per proprium Ordinarium fiat, qui suam addere debet informationem.
5. - Ordinarius proprius est Ordinarius dioecesis, cui actor adscriptus est, et si agatur de religiosis dimissis, est Ordinarius dioecesis originis vel domicilii.
CAPUT III De praevia inquisitione

6. - § 1. Receptis actoris precibus, Sacra Congregatio Ordinario scribit, ut super assertis ab actore, inquisitionem extraiudicialem peragat, qua pateat utrum preces probabili fundamento innitantur, eamque ad ipsam mittat una cum suo voto et documentis. § 2. Praevia inquisitio in illud intendere debet ut de circumstantiis antecedentibus, con comitantibus et subsequentibus assertam ab actore coactionem aut aliam causam consensum afncientem, cognoscatur, quibus pateat utrum preces probabili fundamento innitantur. § 3. Excepto casu quo Ordinario constet revera preces haud spernendo fundamento inniti, praevia rei cognitio erit haurienda ex interrogationibus faciendis ipsi actori et testibus, modo tamen extraiudiciali, seu non praemissa formali citatione et non delato iureiurando. § 4. Quae per extraiudicialem inquisitionem erunt collecta in actis referri et una cum Episcopi voto ad S. C. transmitti debebunt. § 5. Si, attenta eadem extraiudiciali inquisitione, haec Sacra Congregatio censuerit preces non spernendis niti rationibus, solet ipsi Ordinario loci dare litteras delegationis pro causa instruenda, iuxta sequentes regulas et cum clausulis opportunis.
CAPUT IV De tribunali constituendo
7. - Ordinarius, facta sibi facultate a Sacra Congregatione de disciplina Sacramentorum conficiendi processum super asserta nullitate sacrae ordinationis, vel onerum eidem adhexprum, curabit tribunal, cum primum poterit, constituere, ad id adhibens ministros in sua Curia constitutos, vel alios etiam, quoscumque maluerit, eligens, servatis normis can. 1995 et seq., nisi aliud in rescripto delegationis cautum sit, dummodo isti iis praediti sint qualitatibus, quae a iure pro singulorum munere praescriptae sunt (can. 1607 § 1). Atque in primis erit deputandus a iudice defensor sacrae ordinationis, qui ad omnes et singulos actus citari atque audiri debebit. Erit etiam eligendus actuarius pro actis conscribendis ad normam can. 1585. Ordinarius, quatenus utatur facultate subdelegandi, actum subdelegationis scripto redigat, facta mentione delegationis ab Apostolica Sede tributae cum addita potestate subdelegandi.
8. - § 1. Ordinarius, etsi delegatus a Sede Apostolica ad causam instruendam, vel iudex subdelegatus, eam ne suscipiat, in qua, ratione consanguinitatis vel affinitatis, vel ratione tutelae aut curatelae, intimae vitae consuetudinis, magnae simultatis vel lucri faciendi aut damni vitandi, aliquid ipsius intersit, iuxta praescriptum can. 1613 § 1. § 2. Iisdem in adiunctis a suscipiendo munere abstinere debet defensor sacrae ordinationis (can. 1613 § 2).
9. - § 1. Ordinarius qui, ob legitimam suspicionis exceptionem, causam instruendam non susceperit, debet vel iudicem subdelegare, si haec facultas ei competat, vel rem ad Sacram Congregationem remittere. § 2. Si exceptio suspicionis adversus iudicem subdelegatum proponatur, Ordinarius vel obiectam suspicionem definit, vel alium iudicem subdelegai, si hac potestate polleat, vel rem ad H. S. C. remittit (can. 1614 §§ 1, 2).
10. - In ipsa tribunalis constitutione, vel in toto causae cursu, Ordinarius vel iudex, alios viros aeque idoneos eligere poterit, qui iudicis et aliorum officialium vices gerant pro casu, quo primi electi fuerint impediti, vel uti suspecti legitime habiti. Cum eorum opera in causae decursu oc - currerit, de subrogationi secuta et de subrogationis motivo in actis mentio fiat; et opportunum erit ut hi cum dictione substituti subscribant aut denotentur in actorum textu.
11. - Excepto Episcopo, quando ipse per se iudicis instructoris munere fungitur, omnes qui tribunal constituunt, in prima sessione iusiurandum de officio rite ac fideliter implendo et de secreto servando praestare debent.
CAPUT V De officio iudicis et tribunalis ministrorum
12. - Iudicis erit, postquam ei legitime commissa fuerit processus instructio, inquisitionem iudicialem instituere super asserta nullitate sacrae ordinationis, vel onerum adnexorum iuxta regulas heic traditas. Inquisitio versari debet circa omnia, quae eamdem nullitatem ob intentionis defectum vel coactionem aut metum aut aliud consensus vitium probant, vel huiusmodi accusationi contradicunt. Argumenta autem ad detegendam veritatem in his causis praecipue sunt: a) actoris iurata confessio; b) testes parentes ipsius et Seminarii moderatores; e) testes ex officio inducti, vel etiam ad instantiam actoris, prouti res ferat; d) authentica documenta etiam extraiudicialia, cuiuscumque generis, veluti litterae, et alia quae ad rem faciant; e) indicia et praesumptiones.
13. - Iudex in primis moderator est actorum. Ipsius itaque erit tribunal convocare et sessiones indicere; sacrae ordinationis defensorem, partem et testes citare, ut in iudicium, compareant; actorem et testes audire propositis interrogationibus a sacrae ordinationis defensore confectis tum ex officio exaratis, atque ea omnia statuere, quae eius prudentiae et sagacitati aptiora videbuntur ad factorum veritatem eruendam.
14. - Si quando actor aut testes examinandi sint alienae dioecesis, vel sint extra dioecesim degentes, et hi sine gravi incommodo ad tribunalis sedem, ubi causa instruitur, accedere nequeant, iudex Ordinarium illius dioecesis rogabit, ut, constituto tribunali, actorem ac testes citet, examinet; et ab eis documenta requirat, iuxta interrogationes a defensore sacrae ordinationis, mandato iudicis instructoris, confectas et ab ipso iudice transmissas, additis instructionibus opportunis, si casus ferat (can. 1570 § 2; 1770 § 2 n. 3). Ordinarius hac de re requisitus, servatis iuris praescriptionibus, acta per se vel per alium confecta, ad iudicem remittat.
15. - § 1. Actor vel testes, qui in dioecesi quidem commorantur, sed in locis, ob dioecesis vastitatem et asperitatem aut defectum viarum, ita dissitis a tribunalis sede, ut sine magna temporis iactura et gravibus impensis neque ipsi iudicem adire, neque iudex instructor, defensor sacrae OT durationis et actuarius eos adire possint, interrogari debent per parochum, si fieri potest, vel alias per sacerdotem dignum et idoneum, ad hoc a iudice instructore delegatum, qui ipsi actori vel testi propior sit (can. 1770 § 2 n. 4). § 2. Huic, cum litteris delegationis, transmitti debent interrogationes faciendae et instructiones ad rem opportunae. Delegati autem erit, pro facultate in litteris expresse facta, sibi adsciscere alium, qui defensoris sacrae ordinationis munere fungatur, et hic sacerdos esse debet, et alterum, qui actuarii munus expleat. § 3. Sacerdos delegatus iusiurandum de officio rite et fideliter adimplendo ac de secreto servando coram defensore praestare debet, et defensor sacrae ordinationis atque actuarius coram delegato: et de hoc mentio fiat in actis. § 4. Si delegatus haud possit habere sacerdotem quem sibi adsciscat in munere: defensoris, id referat in actis, et ipse ex officio faciat interrogationes itemque si desit, in regionibus parum vel nullimode excultis, qui actuarii munus expleat, facta debita adnotatione in actis, ipse iudex delegatus actum receptae attestationis, cum debitis notis, redigat.
16. - Iudex, ut aeque aestimari possit uniuscuiusque attestationis pondus, de singulorum in iudicium vocatorum aut vocandorum probitate et credibilitate nunquam inquirere praetermittat, et ad hoc curabit ut ab eorum parochis litterae testimoniales exhibeantur, quae, si haberi non possint, erunt a Curia alia documenta perquirenda; et haec omnia sedulo in actis referantur (cf. in Appendice n. X et seq.).
17. - Si acciderit actorem vel testem inductum ab eo aut ex officio vocatum in iudicium non venire, de non secuta comparitione in iudicium et «de causa saltem probabili non accessus, an ex. gr. agatur de impossibilitate Tel de inobedientia seu de contumacia, in actis mentio fiat. Et si de actoris contumacia agatur, haec declaretur (can. 1843), atque instantia perempta habeatur ad normam can. 1850, nisi intersit rei publicae nullitatem declarare, uti si ageretur de casu amentiae, et in actis apposita documenta referantur ad H. S. O. transmittenda.
18. - § 1. In processu eiusmodi, cum requiratur praesentia sacrae ordinationis defensoris, eo non citato, acta irrita sunt, nisi ipse, etsi non citatus, revera interfuerit (can. 1587 § 1). § 2. Si legitime citatus aliquibus actis non adfuerit, acta quidem valent, verum postea sacrae ordinationis defensoris examini subiicienda omnino erunt, ut ea omnia, sive voce sive scriptis, possit animadvertere et proponere, quae necessaria aut opportuna iudicaverit (can. 1587 § 2).
19. - Defensoris sacrae ordinationis ius et officium est: 1) examini actoris et testium adesse; exhibere iudici interrogatoria clausa et obsignata, in actu examinis a iudice aperienda, et actori ac testibus proponenda; novasque interrogationes ab examine emergentes iudici suggerere; ac praesertim contestationes, quae actori vel eius testibus super deprehensis contradictionibus erunt faciendae; 2) articulos ab actore propositos perpendere, eisque, quatenus opus sit, contradicere; documenta exhibita recognoscere; 3) animadversiones circa assertum intentionis defectum vel coactionem aut aliud vitium consensus scribere et allegare, eaque omnia deducere, quae ad sacram ordinationem tuendam utilia censuerit (can. 1968).
20. - Defensori sacrae ordinationis ius esto: 1) semper et quolibet causae momento acta processus invisere; novos terminos ad acta perficienda flagÍT tare, prudenti iudicis arbitrio prorogandos; 2) de omnibus probationibus vel allegationibus ita se certiorem facere, ut contradicendi facultate uti possit: 3) petere ut alii, testes inducantur, vel iidem iterum examini subiiciantur, processu etiam absoluto et clauso; novasque animadversiones edere; 4) exigere ut alia acta, quae ipse suggesserit, conficiantur, nisi iudex dissentiat, et hoc in casu, si iudex non sit ipsemet Ordinarius, ad hunc recurrere (can. 1969).
21. - Actuarii, qui notarii seu cancellarii in processu partes explet, praecipuum munus erit legitime actis conficiendis incumbere, acta fideliter custodire ne cuipiam extraneo pateant, transumpta conficere et de eorum authenticitate testari.
22. - Tam iudex instructor quam defensor sacrae ordinationis curent, ut pars, vel testis vel peritus, interrogationi, ipsi delatae respondeat quoad omnes partes in quas dividitur. Si quandoque actori aut testi difficile sit memoria totam interrogationem retinere, ei per partes illa proponatur, quo facilior et plenior responsio evadat.
23. - Fas erit iudici, audito sacrae ordinationis defensore, actuario assignare adiutorem, qui eum adiuvet in scriptione actorum et in transumptis conficiendis. Is, sicuti ceteri ministri tribunalis, ex momento quo assumitur, iusiurandum praestet de munere fideliter obeundo et de secreta servando.
CAPUT VI De initio processus et de citationibus faciendis
24. - § 1. Si omnia expleri non possint unica sessione, processus in sessiones dividatur; videlicet, quoties tribunal a iudice legitime convocatur ad processus acta explenda, sessio habeatur. § 2. De decreto iudicis, quo sessio clauditur et alia quae tunc indicitur, vel erit opportuno tempore indicenda, mentio in actis facienda est, nisi instructio causae sit absoluta.
25. - § 1. In prima sessione tribunal coadunatur et etiam completur, si aliqui desint administri. Siquidem in ea iudex communicat: a) litteras Sacrae Congregationis de disciplina Sacramentorum, quibus processus instructio Ordinario committitur; b) litteras Ordinarii, nisi ipse per se praesit, quibus iudicis officium subdelegai; c) deputationem defensoris sacrae ordinationis et actuarii iam ab Ordinario peractam, vel ab ipso iudice, vi specialis delegationis, iam factam jjvel in hac sessione faciendam; d) electionem officialium substitutorum; e) supplicem libellum actoris pro inquisitione ineunda; /) denique praestandum esse iusiurandum (cf. in Appendice, nn. VII-VIII). § 2. Ista propria sunt primae sessionis, in qua tamen et alia expleri possunt acta vel ipsa instructio absolvi, si ita res patiatur; quod non áolet contingere: quare in reliquis habetur conventus personarum tribunal constituentium ad certa processus acta conficienda. Conventus autem habeatur die et loco determinatis in superiore proxima sessione, nisi iudex maluerit statuere ut sessio peragatur die et loco dein determinandis et indicendis.
26. - Aliquot diebus antequam tribunal congregetur, iudex citat eum, qui examini est subiiciendus, itemque defensorem sacrae ordinationis et actuarium, nisi hi iam in superiore sessione invitationem exceperint.
27. - Citatio parti et testi fiat per litteras quae contineant: a) praeceptum iudicis ad comparendum; b) nomen, cognomen et domicilium illius, qui in ius vocatur; c) iudicem coram quo comparere iubetur; d) locum et horam audientiae; e) causam, ob quam convenitur, satis significatam, seu saltem generalibus verbis indicatam (can. 1715 § 1); /) iudicis efe actuarii subscriptionem et tribunalis sigillum (cf. in Appendice n. IX) .
28. - Citationis scheda clausa Curiae cursori, ne evulgationi ansa* praebeatur, tradetur; et per eundem cursorem erit private et personaliterremittenda. Altera citationis scheda asservatur in actis (can. 1716). Si ob distantiam vel aliam causam, per cursorem fieri, non possit intimatio, scheda citationis, iussu iudicis, transmitti poterit per tabellarios publicos, dummodo commendata et cum syngrapha receptionis, vel alio modo, qui,» secundum locorum leges et conditiones, tutissimus sit (can. 1719). Cursor si per se intimationem peregerit, de ea in scriptis, ad calcem schedae in, actis asservatae, manu propria subsignatis ad iudicem referat (cf. in Appendice n. XV); si vero intimatio facta fuerit per publicum tabellariorum officium, in actis adservetur attestatio eiusdem officii. .
29. - § 1. Quoties, diligenti inquisitione peracta, adhuc ignoretur ubi degat actor aut etiam testis, si rei gravitas postulet, locus est citationi per edictum. Haec autem fit affigendo per cursorem ad fores Curiae schedam citationis ad modum edicti, per tempus prudenti iudicis arbitrio determinandum, et in aliqua publica ephemeride eam inserendo. Si vera utrumque fieri nequeat, alterutrum sufficiet (can. 1720). § 2. Si citatus praecepto comparendi obtemperare renuerit, videat iudex utrum renovanda sit citatio (can. 1843 §2), an aliis modis magis opportunis et efficacibus uti expediat, prouti foret interventus personae amicae* vel auctoritate gravis. A remediis coercitivis, ut flectatur contumacia,, abstinere ut plurimum prudens erit. § 3. Iudex videat etiam an actoris vel testis non comparitio seu contumacia per alios testes, de re circa quam illi interrogati fuissent, edoctos y suppleri possit.
CAPUT VII De iureiurando ab actore, testibus et peritis praestando de veritate dicenda,, et de interrogationibus iisdem faciendis
30. - Iudex, antequam cuipiam in ius vocato interrogationes deferat^ exquirat iusiurandum de veritate dicenda, tacto sacrorum Evangehorum libro (cf. in Appendice n. XVII). Si citatus suas attestationes sub iureiurando reddere renuat, et iudex instructor censeat eius attestationes esseutiles ad veritatem detegendam, potest eas excipere, facta tamen in acti» mentione de iurisiurandi recusatione eiusque causa.
31^ - Iudex actorem et testem ad iusiurandum recipiens, eos, prouti casus ferat, commonefaciat de sanctitate actus et de gravissimo delicto, quod patrant peieratores, adnotando peculiarem gravitatem iurisiurandi in subiecta materia, et periurii funestissimos effectus; item si pro qualitate personarum opportunum hoc videatur, moneat de poenis quibus obnoxii fiunt in foro Ecclesiae, qui falsum in iudicio iurati affirmant. Poenae contra iurisiurandi violatores sunt: 1) interdictum personale, si perrarus sit laicus: 2) suspensio, si clericus (can. 1743 § 3). Has tamen poenas iudex ne ferat inconsulto Ordinario.
32. - Examen faciendum est a iudice, cui adsistant oportet defensor sacrae ordinationis et notarius seu actuarius. In examine interrogationes non ab alio quam a iudice, vel ab eo qui eius locum tenet, deferendae sunt. Quapropter si a defensore sacrae ordinationis novae interrogationes parti aut testi faciendae sint, bas non ipse eisdem intimet, sed iudici, vel eius vicem gerenti, proponat, ut is eas actori aut testi deferat (can. 1773 §§1, 2).
33. - Interrogationes proponendae dividuntur in generales et particulares: priores ordinantur ad exquirendum de generalibus personae adiunctis, hoc est de nomine, cognomine, parentibus, aetate, religione, conditione, domicilio et necessitudine cum parte in causa; hae semper et omnibus aeque sunt deferendae, nisi iudex existimet unam vel alteram esse in casu particulari omittendam. Posteriores ordinantur ad veritatem eruendam circa assertam coactionem aut etiam assertam nullitatis sacrae ordinationis causam. Praeterea a teste semper exquirenda erit scientiae causa, nempe unde, quando et quomodo ea quae asserit habeat cognita (can. 1774).
34. - § 1. Interrogationes sint breves, non suggestivae, uti vulgo appellantur, non plura complectentes, pertinentes ad causam de qua agitur, testis intelligentiae accommodatae et vulgari sermone expressae (can. 1775). § 2. Actor et testes oretenus responsiones reddant. Non praemoneantur de interrogationibus faciendis, nec eis permittatur depositionem legere, nisi, in anquo casu particulari, iudex opportunum censeat sinere ut pars interrogata aliquod grave documentum legat, quod eius dicta comprobare vel eius memoriam adiuvare valeat (can. 1776, .1777).
35. - § 1. Actoris aut testis responsio ex continenti redigenda est scripto ab actuario, non solum quod ad substantiam spectat, sed etiam quod attinet ad editi testimonii verba (can. 1778). § 2. Si verba referri non possunt, vel quia nimis praecipitanter prolata, vel quia impropria et inter se non logice connexa, iudex dictabit responsionem in actis redigendam. § 3. Actuarius interrogationes iam in scriptis exaratas non referet; sed responsiones ex ordine designabit eodem numero, quo notantur relativae quaestiones; interrogationes vero ex officio additas ad verbum describat.
36. - Actuarius in actis accurate singulis vicibus adnotet iusiurandum peractum, et generaliter omnia memoria digna, quae forte acciderint cum examina explentur (can. 1779).
37. - Actori et testi antequam ab auditorio discedant, debent legi quae actuarius de iis, quae viva voce quisque testatus est, scripto redegit, data eidem et testi facultate addendi, supprimendi, corrigendi, variandi. Cum autem is responderit se nihil amplius habere quod dicat aut mutet, iterum iusiurandum de veritate dictorum et de secreto servando emittat, quod ab actuario in actis adnotandum erit, et deinde depositioni subscribere iubeatur, et post eum subscribant iudex, defensor sacrae ordinationis et actuarius (can. 1780 §§ 1,2).
38. - § 1. Actor poterit iterum ad examen vocari vel ad eius instantiam, vel exquirente defensore sacrae ordinationis, vel ex officio a iudice, audito eodem defensore; et pars atque testes etiam poterunt inter se conferri (italice confrontare), si expediat et omne rixae aut scandali sit remo tum periculum. § 2. Item testes poterunt, parte aut defensore sacrae ordinationis id postulante, vel id statuente iudice ex officio, et audito eodem defensore, denuo ad examen vocari, et circa ea quae iam testati sunt, vel circa nova facta vel quaestiones ex processu emergentes, interrogari (can. 1772 §§2,3). § 3. Quoties id expostuletur, iudicis est suo decreto, audito sacrae ordinationis defensore, eiusmodi postulationem reficere vel admittere, cauto potissimum, si admittat, ut omnis collusionis aut corruptelae periculum absit (can. 1781). § 4. Cum actor vel testis novo examini submittitur, eadem serventur, t congrua congruis referendo, quae de partis et testium examine infra edicuntur.
39. - In conficiendis actis, seu in relatione scriptis redacta de iis quae fiunt aut decernuntur in sessionibus tribunalis, lingua latina adhibeatur; citationes vero, iusiurandum ab actore et a testibus praestandum, interrogationes et responsiones, nec non relationes et vota peritorum, lingua vernacula exprimi possunt, dein in latinam vertenda.
40. - Documenta, quae lingua latina, italica aut gallica exarata non sint, latine reddantur ad verbum. Unde interrogationes et responsiones, quae lingua latina, italica aut gallica redactae non sint, in unam linguam latinam authentice atque ex integro vertantur. Si ad versionem faciendam interpres foret adhibendus, is a iudice, audito sacrae ordinationis defensore, eligatur, eique, sicuti aliis tribunalis ministris, duplex iusiurandum erit deferendum, nempe de munere fideliter obeundo et de secreto servando (cf. in Appendice n. XX) .
CAPUT VIII De examine actoris
41. - Primo actor audiendus, qui validitatem sacrae ordinationis aut onerum ei adnexorum impetit. Iudex eidem, praemisso iureiurando, interrogationes deferat a defensore sacrae ordinationis concinnatas et clausas sibi traditas. Alias addat ex officio, si necessarium aut utile putaverit ad veritatem accuratius depromendam: in interrogationibus conficiendis et proponendis, subiecta in Appendice specimina prae oculis habeantur.
42. - Actori post interrogationes generales, interrogationes speciales, prudenter pro adiunctis variandae, deferantur, iuxta formulam in Appendice sub n. XVIII relatam.
43. - Quoties rei gravitas postulet, iudicis est, audito sacrae ordinationis defensore, ex officio actorem ad novum examen vocare iuxta praescriptum n. 38, in quo novae interrogationes seu contestationes proponentur.
44. - § 1. Iudex nunquam omittat interrogare actorem circa exsistentiam et factorum adiuncta, quibus innititur in sua actione instituenda. § 2. Huiusmodi interrogationem iudex etiam faciat testibus, qui de re edocti verosimiliter praesumantur.
45. - § 1. Antequam perficiatur examen et praestentur, quae statuuntur n. 38, iudex ab actore petat ut exhibeat testes, si quos habeat, qui de intentionis defectu vel de illata coactione aut de alio vitio consensum afficiente referre possint. § 2. Sedulo quaerendum est ab actore ut indicare velit testes, qui cum sint de istius familia aut vicinia, aut eius res domesticas cognoscant, vel sint Seminarii contubernales aut moderatores, probabiliter utile testimonium praestare valent.
CAPUT IX De testibus aliisque probationibus exhibendis
46. - § 1. In his causis testes fidem facere debent de probitate et praesertim de veracitate partis circa rem deductam in controversiam (can. 1975 § 1). § 2. Testes eo maiorem sibi conciliant fidem, quo potiora habent documenta de sua probitate. Habendi sunt autem quasi testes de scientia, et hinc maximam faciunt fidem, cum referunt se ex actore aut ex proximioribus parentibus, tempore non suspecto (ut infra, n. 54), didicisse ipsum caruisse voluntate sacros suscipiendi ordines, et, quod magis interest, ipsum sacram ordinationem vel onerum susceptionem explicite exclusisse. § 3. Testibus hisce iudex alios testes ex officio adiungere potest, imo debet, quando scilicet testes ab actore inducti, tres tantum aut quatuor sint; vel ad rei veritatem illustrandam, etsi plures, insufficientes sint.
47. - Inductio testium ex officio non est praetermittenda, cum ex actorum instructione ediscitur abas adesse personas de re controversa edoctas, vel quae alio modo utilem attestationem reddere valeant.
48. - § 1. Si actor petat sibi pandi nomina testium ex officio productorum, iudex, audito sacrae ordinationis defensore, excluso quovis periculo corruptionis aut collusionis, et nisi aliquod obstet impedimentum, id indulgere valet suo decreto, quod in actis referri debet. § 2. Iudicis tamen est differre, prouti casus ferat, nominum publicationem, quoadusque testes suam reddiderint attestationem.
CAPUT X De examine testium
49. - Inchoatur horum testium examen ab iis, qui inducti sunt ab actore, et quidem a parentibus proximioribus, qui praesumuntur magis instructi (cf. in Appendice n. XXI) ; postea audiantur extranei, si qui sint. Hic ordo tamen in auditione testium non est necessario servandus, et integrum est iudici unum alteri praeferre. Si quis testis inductus obierit, vel in iudicium non comparuerit, in actis notetur; si vero eo, ubi tribunal cogitur, se conferre non possit, audiatur iuxta normas nn. 15 et 16 statutas.
50. - In testibus examinandis iudex, delatis iureiurando et interrogationibus generalibus, testi proponat interrogationes, sibi a sacrae ordinationis defensore tradendas clausas et obsignatas, quae esse poterunt uti habentur in specimine Appendicis n. XXII I et XXIV.*
51. - § 1. Antequam testis dimittatur, ei legendae sunt responsiones factae ab actore, qui eum uti testem produxit, ut dicat utrum asserta in eius attestatione veritati respondere censeat et fide digna habeat. § 2. Si iudici non videatur opportunum aut non expedire integram depositionem legere, vel quia ea refert, quae verosimiliter actor non vult testibus nota fieri, vel quia periculum subesse potest collusionis, tunc quaedam tantum legere valet, vel etiam nullimode legere, salva eiusdem iudicis facultate proponendi appositas interrogationes ex officio, vel curandi ut a defensore sacrae ordinationis opportunae contestationes fiant in interrogatorio ab eodem de more concinnando, firmo praescripto n. 38.
52. - Expleto examine, legitur testi integra depositio: exinde rogatur an menti suae plene respondeat: postea, vel habito responso affirmante vel fastis expetitis emendationibus aut additamentis, et praestito duplici iureiurando, iuxta n. 37, subscribit ipse, et cum eo subscribunt iudex, defensor sacrae ordinationis et actuarius.
53. - In his testibus excutiendis maxime curandum est, ut, si quid protulerint causae meritum directe attingens, semper ab eis exquiratur unde, quomodo, quando id didicerint, ut pateat an tempore non suspecto idem cognitum habuerint (can. 1774). Causam enim valde iuvant confessiones extraiudiciales tempore non suspecto prolatae.
54. - Attestationes seu documenta respicere intelliguntur tempus non suspectum, cum exhibentur quando de hac quaestione introducenda ne cogitabatur quidem, nec aliae suberant rationes veritatem occultandi aut falsum proferendi.
CAPUT XI De testibus, praeter illos ab actore inductos, ex officio a iudico inducendis
55. - § 1. Quoties alios testes inducere praestat ad complendam probationem, hi de scientia magis quam de credibilitate sint oportet. § 2. Hi producuntur vel ex officio a iudice, audito sacrae ordinationis defensore, aut hoc instante, vel ad instantiam actoris.
56. - Testes ex officio erunt inducendi quoties prudenter dubitetur adesse collusionem inter actorem et parentes, aut inter testes et ipsum, vel ipsum testimonium insufficiens habeatur, nisi aliis argumentis abunde depromptis veritas evinci possit.
57. - Interrogationes his non minus ac aliis testibus faciendae, erunt a defensore sacrae ordinationis continuandae, ac iudici exhibendae modo et ratione supra determinatis; iudici non minus fas est alias interrogationes ex officio proponere.
CAPUT XII De documentis
58. - Inter documenta sunt accensendae medicorum attestationes de morbo aliquo, quem hereditarium vel atavicum vocant, si eo actor, praesertim ante susceptos sacros ordines, laboraverit. Documenta autem privata communiter sunt epistolae ab actore scriptae ad parentes vel ad alios, scilicet ad praepositos et ad amicos ante sacram ordinationem.
59. - Utriusque generis documenta aliquando actor sponte exhibet, sed aliquando iudicis erit ea auctoritate sua perquirere, et super iis actorem vel testes in examine interrogare. Si actor aut testis documentum exhibere recuset, iudex, audito sacrae ordinationis defensore, vel eo postulante, decreto suo statuat an et quomodo eiusdem documenti traditio facienda sit (can. 1824).
60. - § 1. Documenta quaecumque fidem non faciunt, nisi constet esse authentica et genuina. § 2. Documentum privatum, uti epistola, etc., probat pro vel contra suum auctorem perinde ac attestatio seu confessio extraiudicialis, cuius pondus ex circumstantiis desumitur, et in genere haec documenta aestimantur maxime a tempore quo prolata fuerunt, ad normam n. 54.
61. - Si documentum alicuius momenti in causa exhibeatur carens debitis formis pro fide facienda, iudicis erit curare ex officio, aut ad instantiam defensoris sacrae ordinationis aut actoris, ut quae necessaria sunt compleantur, ne causa tali adiumento privetur.
CAPUT XIII De indiciis et praesumptionibus
62. - § 1. Sacra ordinatio praesumitur valide recepta, nisi contrarium probetur. § 2. Ad declarandam vero nullitatem sacrorum ordinum in casu de quo agitur, requiritur ut defectum intentionis adfuisse probetur.
63. - Iudicis et defensoris sacrae ordinationis officium erit aptis interrogationibus e testium ore colligere nullitatis sacrae ordinationis probationes, et, si agatur de onerum nullitate, cuinam asserta coactio tribuenda sit, quod est res magni momenti, et praeterea facta et circumstantias inquirere, quae vim vel metum indicant ac determinant.
64. - Externa vitae clerici ratio et circumstantiae, ex quibus ad defectum intentionis vel. voluntatis adstruendum argumentar! fas est, illud probationis genus constituunt, quod ex indiciis et praesumptionibus appellatur. Indicia et praesumptiones possunt esse levia, gravia et gravissima, pro minore vel maiore necessitudine cum nullitatis sacrae ordinationis vel onerum causa.
CAPUT XIV De ratihabitionis defectu comprobando
65. - Intentio accusatoris erit per sententiam excludenda non solum quando probationes desint circa assertum defectum intentionis aut circa illatam coactionem alteriusve vitii exsistentiam consensum afficientis; verum etiam, si lis tantummodo super nullitate onerum versetur, metu aut alio consensus vitio exsistente, quando ex actis et allatis praesumptio oriatur seu probatio, adfuisse in casu recepti ordinis ratihabitionem (can. 2.14). Haec quidem habetur cum quis, cessante metu aut alio vitio consensum afficiente, ratam habet sacram ordinationem cum adnexis oneribus, intendens, etiam tacite per exercitium sacri, ordinis, se obligationibus clericalibus subiicere, quas non suscepisse saltem confuse percepit.
66. - Ratihabitio non praesumitur pendente causa nullitatis; attamen, hac iudicialiter definita per sententiam, quae declarationi nullitatis refragetur, aut per non interpositam appellationem aut per absolutam appellationis instantiam, ipsius ratihabitionis praesumptio exsurgit, si clericus vel sponte et libenter résumât sacri ordinis exercitium, vel in eo rite exercendo perseveret, quin suam ubertatem acquirere conetur, cum id assequi ei haud difficile foret, ex eo quod non obstent impedimenta seu incommoda.
67. - Sed haec quoque praesumptio destrui potest contrariis indiciis aut probationibus, quae clare manifestent ratihabitionis voluntatem nullimode adfuisse, non obstante externa quadam factorum seu circumstantiarum specie.
CAPUT XV De examine physico actoris
68. - Ad explorandum actorem physice, si casus ferat, duo periti medici ex officio deputari debent (can. 1979 § 1) qui, praestito iureiurando, de manere fideliter implendo et de secreto servando monendi, erunt, ut artis praesidiis utantur ad dignoscendum statum actoris, et referant, iuxta medicinalis doctrinae placita, indicia seu argumenta, quae sacrorum ordinum vel onerum validitatem ex defectu mentis in actore adstruere aut excludere videantur.
CAPUT XVI De processus conclusione
69. - § 1. Iudex processum clausum ne decernat, nisi prius sacrae ordinationis defensor declaraverit sibi nihil inquirendum superesse, et etiam ad hoc audito actore. § 2. Antequam decretum conclusionis edat, iudex acta attente perpendat, actoris ac testium depositiones inter se et cum ceteris e processu emergentibus conferat, et videat an sint quaedam haud absoluta aut contradictoria aut ambigua. Si quae huius generis repererit, audito sacrae ordinationis defensore, actorem aut testes, prout opus fuerit, iterum citet et, appositis interrogationibus, quae vel supplenda vel declaranda sunt, exquirat, aut etiam per testes ex officio inductos, suppleri vel declarari satagat. § 3. Item antequam conclusioni annuat, sacrae ordinationis defensor actorum examen instituat, ut expendat utrum ea sint ulterius complenda ad normam harum regularum (cf. in Appendice n. XXV).
70. - § 1. Clauso processu, sacrae ordinationis defensori acta omnia tradantur, qui suas animadversiones conficere debet, in primis animadvertens an regulae hucusque traditae in processus instructione observatae fuerint, necne. § 2. Deinde iudex, iuxta can. 1993 § 1, ad disciplinae tramitem, proferat sententiam de sacrae ordinationis vel saltem onerum eidem inhaerentium validitate aut nullitate, prae oculis habito in hoc secundo casu canone 214; et quidem, non constituto trium iudicum tribunali collegiali requisito a can. .1576 § 1 n. 1 in processibus iudicialibus, ipse, qui processum instruxit, pronunciet de merito petitionis actoris, expositis rationibus tum iuris tum facti. Praeterea, si non ipse Episcopus sed alius vices gerens processum instruxerit, hic det suum votum circa meritum quaestionis, quod votum addendum erit processui. § 3. Neque iudex addere omittat parochorum attestationes de honestate, religiositate et veridicitate testium; itemque per se de testibus sacerdotibus sacram Congregationem edoceat. Quo vero ad parochorum attestationes, si quid habeat quod animadvertat, referat. § 4. Demum acta omnia una cum voto scripto Episcopi (can. 1985), vel, sede vacante, Vicarii Capitularis vel Administratoris Apostolici, vel alterius legitime Episcopi vices gerentis (can. 429 et 431), et defensoris sacrae ordinationis, transmittantur ad H. S. Congregationem.
71. - Praesentes regulae in instruendis eiusmodi processibus semper erunt adamussim observandae, et si quando ab eis aequa ratio suadeat esse recedendum, iudex de hac re rationem reddat in actis, ut constet de inobservantiae causa.
72. - His regulis obtemperatio Ordinariis potissimum committitur, et ad eos spectat a seipsis constituta tribunalia vigilare, ne ab iis deflectant. Ipsis propterea integrum erit, pro sua prudentia, quovis processus momento, acta examinare, consilia et monitiones officialibus dare, et eos, gravi de causa,, ipso iudice subdelegato rum excluso, audito sacrae ordmatioms defensore, removere. Si quando bis remediis fuerit locus, vel aliud secutum sit inconveniens, eum acta transmittuntur, de re Apostolica Sedes certior reddatur.
73. - § 1. Acta iudicialia, sive acta causae, sive acta processus (cf. can. 1642) transmittantur ad H. S. C. in authentico exemplari, cum indice omnium actorum et documentorum, ad normam can. 1644. § 2. Quod si valde grave sit, sive ob necessarias expensas, sive alia dd causa, exemplar authenticum ad H. S. C. transmittere, Curiae fas erit exhibere ipsa acta originalia, dummodo fuerint exarata latino, vel gallico, vel italo sermone, atque iis cautionibus adhibitis, quae pro locorum conditionibus suppetunt ad tutam documentorum transmissionem.
74. — §1 . Probe sciant et animadvertant Rmi locorum Ordinarii huiusmodi causas « ex officio » pertractari tum penes dioecesanam Curiam, cum apud H. 8. C, quae procedit iuxta proprium stylum praehabitis solummodo Rmorum Consultorum votis. § 2. Iidem locorum Ordinarii praeterea moneant actorem aliquam summam, ad minus quingentarum libellarum, deponendam esse in arca ipsius 8. C. pro expensis solvendis, antequam eidem transmittantur acta processus.
Datum Romae, ex aedibus Sacrae Congregationis de disciplina Sacramentorum, die 9 Iunii 1931. £8 M. CARD . LEGA , Ep. Tusculan., Praefectus. L . ©S . D. Jorio, Secretarius.
II APPENDIX SEU FORMULAE PRAECIPUORUM ACTORUM UTILITER ATQUE OPPORTUNE HIS IN CAUSIS ADHIBENDAE.
I MONITUM
Illud alte insidere debet in animo iudicis et testium ac praesertim partis declarationem nullitatis sacrae ordinationis vel onerum eidem inhaerentium postulantis, videlicet, si res aliter se habeat ac ab actore asseritur idest, si sacra ordinatio ant onera eidem adnexa in suo robore ac firmitate consistant, et veritas in processu non detegatur vel ex culpa aut oscitantia tribunalis, vel ex fraude aut desidia partis et testium, declarationem nullitatis forte pronunciatam, utpote suo fundamento destitutam, nullius esse valoris: quodsi nihilominus actor audeat se sacro vinculo solutum existimare atque ad saecularia vota transire, bene perspectum habeat se sacrilegorum ac censurarum paene inextricabiHbus vinculis implicari. Ho c proinde est sollemniter praemonendum ab ipso Exmo Episcopo (si ipse processum peragat, secus a Iudice instructore) antequam iusiurandum praestetur, et animo reputandum ab omnibus, qui in his causis partem habent, praecipue eo momento quo a parte, a testibus, a peritis, respective, redduntur iuratae responsiones, attestationes, relationes.
II SUPPLEX LIBELLUS ACTORIS
Beatissime Pater, N. N., filius..., conditione..., e dioecesi..., natus die..., domicilium habens..., et munus modo exercens..., ad pedes Sanctitatis Vestrae humillime provolutus, quae sequuntur exponit. Annum agens... in Seminario... collocatus fuit, ut studia... perageret. Ibi manens, assiduis suasionibus, instigationibus contra suam voluntatem, ut studia conficeret sacra, a parentibus impulsus fuit, ea ratione ut sacrum exinde susciperet presbyteratus ordinem. Quamvis ipse omnem moverit lapidem ut sacros ordines declinaret... importunis tamen precibus, suasionibus, instigationibus et minis... ad eosdem sacros ordines suscipiendos coactus, hos suscepit invitus, quin coactioni obsistere potuerit. Iisdem initis ordinibus, per annos... ipsos exercuit, munus gerens... quin tamen onerum susceptionem ratam habuerit uti par esset, bonumque exemplum praebuerit. Exinde sentiens se nullimode oneribus in sacra ordinatione susceptis satisfacere posse, de petenda declaratione nullitatis sacrae ordinationis vel onerum sacris ordinibus adnexorum ob allatas causas cogitavit. Ad hanc autem nullitatem demonstrandam testium elenchum exhibet ». — [Hunc libellum, a S. O. ad Ordinarium exinde transmittendum, actor particularibus circumstantiis, si opus fuerit, additis, fusius, nec tamen sobrietate posthabita, conficere poterit]. Et Deus, etc. Datum..., die... mense... anno... N. N. (Subscriptio facienda manu ipsius actoris).
III LITTERAE ORDINARII AD S. O. DE DISCIPLINA SACRAMENTORUM ' POST PERACTAM HUIUS IUSSU PRAEVIAM INQUISITIONEM CUM SUO VOTO.
Transmitto ad Em. Vestram Revmam adnexum libellum et documenta ex praevia inquisitione habita circa petitionem sacerdotis N. N. Beatissimo Patri exhibitam, et fidem facio testes extraiudicialiter auditos fidem mereri. Mihi videtur easdem oratoris preces probabili fundamento inniti, saltem quod spectat onerum nullitatem, attentis circumstantiis antecedentibus... concomitantibus... et subsequentibus... assertam actoris coactionem in susceptis sacris ordinibus et ratihabitionis defectu. Mea proinde opinio haec est... Interim sacram Purpuram reverenter deosculor. Datum... ex Curia... die... N. N. [Hisce Ordinarii litteris receptis, S. C. eidem praebere solet facultatem conficiendi iudiciali forma processum, sive etiam oeconomica forma, prouti circumstantiae requirunt, iuxta canonem 1993].
IV ACTUS SUBDELEGATIONIS PERACTAE AB ORDINARIO ET DEPUTATIONIS OFFICIO
Cum Emus ac Revmus Dominus..., S. R. E. Card. Praefectus S. C. de disciplina Sacramentorum, litteris datis die..., Nos instructos fecisset de mandato ab eadem S. C. Nobis commisso, ut processum conficiendum curemus ad normam iuris, servatis normis can. 1995 et seq., et Instructione a Sacra Congregatione die 9 Iunii 1931 edita pro asserta ab actore coactione in susceptis sacris ordinibus, expresse addita potestate subdelegandi; Nos per praesentes litteras ad eiusmodi processum conficiendum Iudicem subdelegamus Revmum D. N., qui sese gerat in omnibus ad tramitem Codicis iuris canonici et iuxta citatam Instructionem, necnon iuxta peculiares normas pro hac causa datas ab eadem S. C. Simul autem eligimus ac deputamus : Defensorem sacrae ordinationis R. D. N. Actuarium R. D. N,... Datum... ex aedibus Nostris, die... mense... anno... Eme ac Rine Domine, I V a CIALIUM. L. ® S. Episcopus. N., Cancellarius. [Si gravitas causae vel alia difficultas id suadeat, eodem decreto, vel in causae decursu, simili forma eliguntur, qui vice iudicis subdelegati fungatur, necnon defensor sacrae ordinationis et actuarius substituti].
V TRIBUNALIS CONSTITUTIO
Dioecesis N. Nullitatis sacrae ordinationis vel onerum ei adnexorum Sessio I Anno Domini..., mense..., die..., bora.., in urbe..., in aedibus..., adsunt: Iudex subdelegatus Revmus D. N. Defensor sacrae ordinationis Rev. D. N. Actuarius Rev. D. N. Revmus Iudex communicat: 1) Litteras S. O. de disciplina Sacr., datas die..., quibus Ordinario N. committitur instructio processus in causa nullitatis sacrae ordinationis, vel onerum in sacra ordinatione susceptorum a sacerdote N. N. 2) Litteras Revmi Ordinarii N., datas die..., quibus (nisi ipse per se gerat suum munus) subdelegai officium iudicis eidem Revmo D. N.; nec non deputat alios officiales supra scriptos: videlicet ut defensorem sacrae ordinationis Rev. D. N , et ut actuarium, Rev. D. N. 3) Supplicem libellum N., pro instituendo processu. Tunc Iudex instructor (nisi sit ipse Episcopus, cf. Regulas, n. 11) ac singuli ministri tribunalis iusiurandum praestant de suo cuiusque officio rite ac fideliter adimplendo et de secreto servando, formulis adnibitis quae exstant in Appendice Regularum S. O. (v. infra nn. VI, VII et VIII). Quibus peractis, Iudex decernit ut exemplar libelli allegetur actis inquisitionis, prout etiam praefatae fitterae S. C. et litterae subdelegationis Revmi Ordinarii. Item Iudex constituit mensem... diem..., horam..., et aedes... pro tribunalis proximo conventu, in quo actor examini subiicietur, mandans ut idem citetur; ac D. N. deputat ut cursorem, qui schedas citationis deferat. De hisce omnibus redacta est praesens relatio, quae subscribitur a Revmo Iudice subdelegato et a ministris tribunalis. Loco, die, mense et anno ut supra. N.y Iudex subdelegatus. N., Defensor sacrae ordinationis. N., Actuarius.
VI IUSIURANDUM PRAESTANDUM A IUDICE SUBDELEGATO
Ego N., a Revmo Dno Ordinario N., subdelcgatus iudex instructor (vel deputatus ut vices geram iudicis instructoris) in processu super nullitate sacrae ordinationis vel onerum a sacerdote N. susceptorum, iuro me officium iudicis instructoris rite ac fideliter impleturum, servatis, quantum per me fieri poterit, praescriptionibus Cod. iur. can., ac potissimum Regulis a S. C. de disciplina Sacramentorum editis, quavis personarum acceptione posthabita, et secretum servaturum. Sic me Deus adiuvet, et haec sancta Dei Evangelia, quae manibus meis tango.
VII IUSIURANDUM DEFENSORIS SACRAE ORDINATIONIS
Ego N.t a Revmo Domino Ordinario J¥. defensor sacrae ordinationis legitime deputatus (vel defensor substitutus), pro instruendo processu super nullitate sacrae ordinationis vel onerum ei inhaerentium sac. N. N., iuro me munus mihi collatum diligenter et incorrupte expleturum, iuxta praescriptiones Cod. iur. can. et Regulas a S. C. de disciplina Sacramentorum editas; et omnia voce ac scriptis prolaturam, quae ad validitatem sacrae ordinationis huiusque onera tuenda, conferri poterunt, posthabito omni humano respectu, atque officii mei secretum religiose servaturum. Sic me Deus adiuvet, etc.
VIII IUSIURANDUM AB ALIIS OFFICIALIBUS PRAESTANDUM
Ego N., iuro me munus actuarii (seu actuarii substituti) in processu super nullitate sacrae ordinationis vel onerum ei inhaerentium sac. N. N. mihi ab Illmo et Revmo Domino Ordinario N. commissum, rite ac fideliter, iuxta praescriptiones Cod. iur. can. atque Regulas S. C. de disciplina Sacramentorum, in omnibus expleturum, et de rebus, quas ratione mei officii cognovero, secretum omnimode servaturum. Sic me Deus adiuvet, etc
IX DECRETUM PRO CITATIONE ACTORIS

Anno Domini..., die... mensis..., in aedibus palatii episcopalis..., coram Revmo D. N. Iudice..., Rev. D. N. defensore sacrae ordinationis, meque infrascripto actuario ; Visis litteris Sacr. Congr. de disciplina Sacramentorum diei..., quibus Rmo Ordinario... facultas tribuitur conficiendi processum super nullitate sacrae ordinationis N. N. vel onerum in sacra ordinatione susceptorum; Attentis litteris Revmi Ordinarii... diei..., quibus Revmum N. subdelegai ad eiusmodi processum instruendum; Idem Iudex subdelegatus, audito sacrae ordinationis defensore, ad examen actoris procedendum esse decrevit; ideoque dictum actorem citari mandat, ut compareat coram praefato Iudice, in aula sessionum huius sacri Tribunalis, in via..., num..., anno..., mense..., die..., hora..., ut examen s u beat in causa a se intenta. Simul nuncium dat defensori sacrae ordinationis ut ante praedictum diem exhibeat interrogatoria clausa et obsignata actori proponenda; atque ut examini loco, die et hora ut supra, intersit. Loco, die, mense et anno ut supra. JV., Iudex instructor. L. £B S. JV"., Actuarius. [De his quae mandat et iubet iudex, in actis actuarius referat; et hoc semel pro semper advertisse sufficiat. Similiter, mutatis mutandis, conficitur decretum pro citationibus testium. Insuper iudex mandat, ut interea a parocho actoris, ac testium qui sunt excutiendi, sin minus a Curia, exquirantur litterae testimoniales seu documenta, quibus, accuratiore, quo fieri possit, modo et sub secreto, significentur notae de honestate, religione et veracitate ipsius actoris ac testium, necnon alia referantur, quae necessaria et opportuna ad eorumdem depositiones aestimandas videantur].
X LITTERAE IUDICIS AD PAROCHUM ACTORIS PRO INFORMATIONE SUPER PROBITATE ET CREDIBILITATE IPSIUS ET TESTIUM.
(Sub secreto) Cum ex facultate S. C. de disciplina Sacramentorum diei..., mensis... atque anni... et ex. subdelegatione Revmi Ordinarii huius dioecesis, in hoc Tribunali instruatur causa super nullitate sacrae ordinationis vel onerum in sacra ordinatione susceptorum a sac. N. N., necesse est, ad normam Regularum eiusdem S. C. diei 9 Iunii 1931, ut sedulo investigetur et legitimum testimonium praebeatur de eiusdem ac testium qui inducuntur credibilitate. Quapropter infrascriptus Iudex instructor in eadem causa, praesentibus mandat B. D. N. parocho, ut pro pastoralis sui officii sanctitate et sollicitudine, ad rem accurate inquirat, et distincte huic Tribunali significet notas de religione et honestate dicti sacerdotis ac testium qui inducuntur, videlicet...: an praecepta religionis adimpleant, an bonis moribus sint imbuti, qua fama gaudeant, et an eis credi debeat, etiam cum deponunt de rebus, quae ipsorum intersunt. Insuper, pro sua prudentia, idem parochus referre velit de omnibus aliis, quae ad ipsius, actoris ac testium depositiones rite aestimandas necessaria et opportuna videantur, ita ut plenum testimonium ad praefatam Sacram Congregationem transmitti possit, circa rem de qua iudicium instituitur. Quod si testes vel aliqui eorum non fuerint cogniti, opportunas inquisitiones peragat, ope sacerdotum ecclesiae paroeciali addictorum, vel alius prudentis personae sibi bene visae, et quidem sub secreto, sed ita, ut congruae et certae notitiae colligantur. Datum ex aedibus... die... mense... anno... iV., Iudex instructor. L. 83 S. JV., Actuarius. [Si testes et actor in diversis paroeciis commorentur, horum parochi sunt rogandi. Quod si actor ac testes, potiusquam ubi in praesentiarum degunt, alia in paroecia magis cogniti fuerint, informationes ab illo parocho opus est exquirere, vel etiam ab utroque parocho utriusque commorationis. Quoad etiam peritos, si quidem eis opus erit, et ipsi probitatem quidem et credibilitatem praeseferre debent ac proinde etiam testimonium erit exquirendum de fide eis praestanda].
XI INFORMATIO PAROCHI
(Specimen responsionis a parocho dandae, si informationes sint respective actori aut testibus favorabiles, factis in textu litterarum necessariis mutationibus, pro subiecta materia). Quod attinet ad informationes a Revmo Iudice instructore in causa... expetitas litteris diei..., infrascriptus parochus Ecclesiae JV. pro suo munere respondet, se iV., actorem, in finibus huius paroeciae commorantem, pluribus abhinc annis cognitum habere; ac praesentibus litteris (quatenus sibi constiterit), spondei eumdem religione et honestis moribus imbutum esse, ac bona existimatione gaudere, ita ut de veritate in testimonio per- bibendo dubitari nequeat [vel etiam, iis dotibus deficientibus, talis sit, ut mendacio haud obnoxius existimetur]. Quibus attentis, actor incapax periurii putatur, et credibilis apparet quoad assertiones suas. Ceterum cum idem parochus, occasione porrecti libelli pro huius causae introductione, rogatus a Revmo Ordinario, investigationes peregerit, et cum praefato sacerdote collo quutus fuerit, censuit eumdem sincerum et veridicum esse. In- fidem. Ex paroecia..., die... mense... anno... JV., Parochus. [Ex adverso, si informationes non sint favorabiles, parochus iis utatur verbis, quae a veritate minime deflectant, quaeque prudentia pro diversis casibus suggeret. Si parochus actorem vel testes vel peritos non probe noverit, neque certas de iisdem informationes abunde, pro sua conscientia, colligere queat, idipsum iudicem in sua responsione, adductis rationibus, aperte doceat. Iudex autem tunc alias personas probas et apprime instructas, per se rogabit, vel, si ita censuerit, per Ordinarium informationes ad rem exquiret],
XII LITTERAE IUDICIS AD ORDINARIUM (QUOTIES HIC NON SIT IUDEX, ET EIUS OPERA UTILITER POSTULETUR) PRO EXQUIRENDIS INFORMATIONIBUS.
Tllfne ac Revme Domine, In^causa nullitatis sacrae ordinationis vel onerum eidem adnexorum N. N., quae ex subdelegatione facta ab A. T. die..., in hoc Tribunali instruitur, cum parochus actoris (vel testium... vel peritorum...) apposite rogatus, responderit se eum' (vel testes... vel peritos...) haud bene cognitum sibi habere, neque informationes tuto haurire aliunde posse, et hoc Tribunal eiusmodi informationes ex aliis fontibus excipere non potuerit; A. T., pro sua ampliore auctoritate et rerum ac personarum cognitione, dignetur directe inquirere de religione, honestate et veracitate actoris (vel testium vel peritorum), ita ut depositiones seu relationes tuto aestimari valeant. Interim, etc. Datum..., die... mense... anno... Addictissimus famulus Iudex subdelegatus. It. £8 S. N.f Actuarius.
XIII LITTERAE ORDINARII AD ALIENAE DIOECESIS IUDICEM UT EXTRAORDINARIAE INFORMATIONES COLLIGANTUR.
(Sub secreto) Illme ac Revme Domine, Cum ex facultate S. Congr. de disciplina Sacramentorum, in hoc dioecesano Tribunali, ad instantiam sacerdotis N., instruatur causa super nullitate eius sacrae ordinationis vel onerum eidem inhaerentium, cumque Nobis non satis constiterit de religione et probitate vitae, nec non de personarum ac rerum adiunctis, et contra noverimus tibi praefatum sacerdotem (vel testis aut periti personam) cognitum esse, praesentibus te litteris rogamus ut, pro caritate et obsequio, quibus erga Ecclesiam praestas, velis Nobis accuratas et distinctas praebere notitias, secreti lege quidem interposita, de religiositate, honestate et veracitate dicti sacerdotis (vel testis vel periti), praesertim in iudiciali et iurata relatione circa assertum... (v. g.) metum, ita ut cognoscatur utrum in re tanti momenti fide dignus habendus sit necne. Interim etc. Datum..., die... mense... anno... N., Ordinarius. L. £8 S. N., Cancellarius.
XIV CITATIO ACTORIS
De mandato Revmi N., Iudicis instructoris in processu de nullitate sacrae ordinationis vel onerum eidem inhaerentium, actor N. N. in causa, personaliter compareat coram praefato Iudice, in aula sessionum huius s. Tribunalis, in via..., num..., anno..., mense..., die..., hora..., ut iuratum examen subeat in causa a se intenta. Datum..., ex aedibus..., die... mense... anno... N., Iudex. L. £8 S. N., Actuarius. [Eiusmodi citationis fiunt duo exemplaria, quorum unum traditur cursori remittendum actori, iuxta praescriptum can. 1717; alterum asservatur in actis et in calce eiusdem cursor refert ea quae peregit].
XV RELATIO INTIMATIONIS A CURSORE PERACTAE FACIENDA IN EXEMPLARI IN ACTIS ASSERVATO.
ßefero me infrascriptum deputatum cursorem Revmae Curiae Episcopalis N., hodie intimasse et reliquisse authenticum exemplar citationis sacerdoti JV. JV., in ipsius domicilio, via..., num..., tradendo praefatum exemplar manibus eiusdem (vel personae de eius familia aut famulatu) et ad normam can. 1721. In fidem, etc. Die... mense... anno... N., Cursor deputatus. [Similiter exaratur scheda citatoria et fit relatio intimationis pro aliis in ius vocandis].
XVI DEFENSOR S. ORDINATIONIS EXHIBET INTERROGATORIA ACTORI PROPONENDA.
Infrascriptus N., in causa nullitatis sacrae ordinationis vel onerum eidem inhaerentium, defensor vinculi legitime deputatus, exhibet sequentia interrogatoria, clausa et obsignata et nonnisi in actu examinis a Iudice aperienda, atque instat ut super iisdem examinetur actor N., in causa as e intenta, servata forma a iure statuta; alioquin protestatur, etc. Haec cum facultate alia addendi, delendi, corrigendi, etc. Datum..., die... mense... anno... F., Defensor sacrae ordinationis. [Item exhibentur interrogatoria pro examine testium ac peritorum]. 
XVII IUSIURANDUM PRAESTANDUM AB ACTORE AC TESTIBUS DE VERITATE DICENDA.
Iudex gravibus verbis actorem ac testes antea moneat de sanctitate iurisiurandi et de gravissimo delicto quod admittunt peieratores ostendens peculiarem qualitatem iurisiurandi in subiecta materia, et periurii funestissimos effectus, et, prout personae qualitas ferat, si ipse opportunum ducat, commonefaciat de poenis, quibus periurii noxii fiunt in foro Ecclesiae, quaeque recoluntur in cap. VII Regularum sub n. 31]. [Deinceps iudex actorem vel testem alloquitur]: Velis"invocare Nomen divinnm in testem veritatis, taetis sanctis Evangeliis, sequenti formula: Ego N* iuro me totam ac solam veritatem dicturum, tam super articulis, quam super re universa, prout eamdem veritatem coram Deo et conscientia compertam habeo, et plene ac fideliter ipsam expositarum, quin aliquid addam, omittant vel immutem. Sic me Deus adiuvet, etc.
XVIII EXAMEN ACTORIS
Sessio... In Dei nomine. Amen Anno Domini..., mense..., die..., hora..., in urbe..., in aedibus..., coram, E. D. 2¡F.9 Iudice subdelegato, adstantibus E. D. N., defensore sacrae ordinationis, et infrascripto actuario, comparuit D. JV., actor in causa receptae sacrae ordinationis, pro hac die et hora rite citatus. Iudex eumdem in primis monet, quod in re tanti ponderis, quoties ea quae adducuntur haud veritati sunt consentanea, declaratio nullitatis sacrae ordinationis vel onerum huic adnexorum taliter obtenta, nullum sortitur effectum (iuxta Monitum in Appendice relatum n. I); deinde iusiurandum ab actore petit et accipit iuxta modum et formulam praescriptam (prout sub n. XVII). Deinceps, postulante defensore sacrae ordinationis, Iudex schedam, quam idem defensor clausam exhibuerat, continentem interrogatoria oratori proponenda, reserat, et statim procedit, iuxta eadem interrogatoria, ad examen actoris, qui ad singulas quaestiones respondet ex ordine, ut sequitur. Interrogationes generales Iudex actorem interroget circa suum nomen, cognomen, nomen parentum, aetatem, conditionem familiae, dioecesim, cui inscriptus est, domicilium (urbem, viam, paroeciam), et locum hodiernae commorationis. Tum Iudex mandat actuario ut legat, pro norma actoris, nomina iudicis et ministrorum tribunalis. Deinde prosequitur: Interrogationes particulares actori faciendae 1. Utrum confirmet necne supplicem exhibitum libellum in singulis partibus? 2. Ubinam studia peregerit, et an in Seminarium ingressus sit libera voluntate; qua aetate, quo tempore, quamdiu in ipso permanserit, et an propositum revera haud habuerit statum clericalem ineundi. 3. Quaenam fuerit causa incitamentorum, saevitiarum, vel coactionis, pro eodem clericali amplectendo statu, et a quibus incitamenta, saevitias, vel coactionem passus sit. 4. Quinam fuerint specifici actus eorumdem incitamentorum et coactionis, praesertim tempore proximo sacrae ordinationi. 5. Quaenam indoles parentum et sua. 6. Quaenam ipse peregerit ut coactionem vitaret per se, et an opera aliorum ad hunc finem sit usus, et quinam isti. 7. ISTum in Seminario degens, studiis theologalibus libenter operam dederit et an fuerit impeditus quominus aba studia perageret, et a quibus. 8. IsTum sive in Seminario sivej [extra defectum suae voluntatis pro suscipiendis sacris [ordinibus, [vel ¡aversionem patefecerit, quando, et quibus. 9. An ipse, deficiente voluntate sacros suscipiendi ordines, id Seminarii Superioribus, Ordinario, vel spiritus moderatori (qui tamen eius confessarius non fuerit) manifestaverit, et quatenus negative, cur suam contrariam voluntatem ei non significaverit: quinam iste fuerit. 10. Quando accesserit ad sacrum ordinem subdiaconatus, diaconatus et presbyteratus; qualem revera interius habuerit animum in actu sacrae ordinationis; et an communis iucunditatis tunc particeps fuerit. 11. An officium recusaverit divinum, et Missam celebraverit, vel etiam alio modo sacrum ministerium exercuerit. 12. ÏTum contentiones adfuerint, et quales in specie, inter ipsum et parentes, aliosque, qui eum impellere potuerint ad suscipiendos sacros ordines, et num notae in loco ubi idem degebat, et quinam sint qui eas confirmare valeant. 13. Num ipsi etiam nota fuerint ante sacrorum ordinum susceptionem onera eis inhaerentia, ac praecipue quae coelibatus lex exigat. 14. Quomodo sese gesserit post sacerdotium initum, et quae ministerii Officia peregerit, quoties, quomodo, quanto tempore, et quibus in locis. 15. IsTum sacri ministerii .exercitio rata habere sacrae ordinationis onera intenderit. An sibi praesto sint documenta exhibenda, uti litterae a parentibus vel ab aliis scriptae ante susceptos sacros] ordines, ad confirmandam illatam coactionem. 16. Quosnam alios testes ipse praeter exhibitos in elencho inducat sive consanguineos, sive affines, sive familiares, vel extraneos, qui de cunctis circumstantiis certiores facti, plene et sincere referre possint. 17. An unquam contra sacram ordinationem et huius adnexa onera reclamaverit; et unde factum sit ut causae introductionem aut continuationem ad haec usque tempora distulerit. [Exinde contestationes peragendae, si opus erit, inter ea quae actor asseruit, atque illa quae ipse in supplici libello retulit]. Absoluto examine, de mandato Iudicis integra depositio clara voce legitur actori, et Iudex eumdem interrogat: An habeat aliquid addendum, supprimendum, corrigendum, variandum! Dein petitur ut praestetur iusiurandum de veritate dictorum et de secreto servando, iuxta formam (cf. infra n. XIX) . Ac , praestito iureiurando, subscribunt actor, iudex, defensor vinculi et actuarius. N., Actor. N., Iudex instructor. Ii. £8 S. N.f Defensor sacrae ordinationis. N., Actuarius. [Adnotatio. - Quoties alicuius sacerdotis sacra peracta sit ordinatio post Instructionem, quae a Sacra Congregatione de Sacramentis edita fuit 27 Decembris 1930, idemque contendat se gravi coactum metu sacros suscepisse ordines, ea ordinato erunt obncienda, quae de pandita ab ipso voluntate iurata et scripta declaratione confirmavit. Ii pariter erunt interrogandi, qui examinibus adfuere, iudiciumque pro sacra actoris ordinatione emiserunt].
XIX IUSIURANDUM DE VERITATE DICTORUM ET DE SECRETO SERVANDO
Ego N. iuro me solam ac totam veritatem dixisse, et nunquam, antequam praesens causa penitus absolvatur, evulgaturum sive propositas interrogationes, sive responsiones datas. Sic me Deus adiuvet, etc.
XX IUSIURANDUM AB INTERPRETE PRAESTANDUM
Ego N., a Eevmo Iudice in processu super nullitate sacrae ordinationis vel onerum eidem inhaerentium sacerdotis N. N. deputatus interpres, iuro me dictum munus fideliter impleturum, acta et documenta processus de verbo ad verbum diligenter et adamussim reddendo, ac simul secretum de omnibus quae in processu acceperim, servaturum. Sic me Deus adiuvet, etc.
XXI IUDICIALE EXAMEN PARENTUM ACTORIS
Cum praeterea, super iis, quae actor in suo examine deposuit, sit ex testibus, quos iudex satis instructos reputaverit, percontandum, ut exinde illius assertiones aut confirment, aut corrigant, aut respuant, referantque utrum facta asserta sibi sint nota, formali examini, adstante sacrae ordinationis defensore, erunt ipsi subiiciendi, atque in primis parentes et affines actoris, a quibus haec erunt exquirenda, praehabito iuramento ac delato monito, de quo in Appendice n. I]. 1. Interrogandus pater, vel mater, circa nomen, cognomen, originem, aetatem, religionem, conditionem famuiae, et domicilium. 2. Quot filios et filias genuerint: quae fuerit indoles actoris et quae exstiterit eius propensio ad clericalem ineundam vitam. 3. Num ipsi eum impulerint ad eumdem finem ut Seminarium ingrederetur, quamvis contrariam suam voluntatem patefecerit. 4. Quomodo ipsum illexerint ut sacrae theologiae studiis incumberet, et ad sacros ordines accederet. 5. Quaenam fuerint adhibitae ab ipsis sollicitationes, instigationes, vel minae, et quoties: an istae usque ad sacram ordinationem fuerint productae. 6. Num ipsi aliorum etiam operam adhibuerint ad flectendam filii voluntatem pro ineundo sacerdotio; quinam exstent; et quaenam ad hunc finem experti sint. 7. Num certiores facti fuerint ab aliquo de voluntatis defectu filii, et quinam hi sint ; an pertinaciter impulerint eum ; an a filio scriptis de voluntatis carentia edocti fuerint; an eadem servent, quo casu ea exhibeant. 8. Num ipsi Seminarii superiores vel ipsum Episcopum sollicitare studuerunt et quomodo, ut filius in sacerdotium reciperetur; et an sciant excommunicatione ipso facto plecti eos, qui quoquo modo filios ad sacros ordines suscipiendos cogant iuxta can. 2352. 9. Num sacra properante ordinatione filius contrariam suam voluntatem manifestaverit et quomodo. Ì0. Num eidem renuenti ad sacros ordines accedere restiterint et quomodo. 11. Quaenam ipse in sacra ordinatione signa praebuerit, an scilicet laetitiae vel dispUcentiae; et quaenam indicia pariter ostenderit post peracta primitus solemnia, laetantibus aliis. 12. Num ipse postea, susceptis sacris ordinibus, acquieverit, vel negligens in sacro ministerio exercendo exstiterit, Missam litare vel officium recitare omittens, atque aversionem in his ostenderit. 13. Num profano more vitam degere coeperit, aliisque studiis incubuerit. 14. Num ipsi minas eidem ante sacrorum ordinum susceptionem illatas, videlicet exheredationis, derelictionis, eiectionis e domo et eiusmodi, exsecutioni mandaverint vel exsecutioni mandare intenderint. 15. Num pravam aliquam consuetudinem fovere coeperit ordinatus sive ante sive post sacram ordinationem susceptam, et usque dum in sacerdotio permanserit. 16. Num sacrum ministerium exercuerit timore ipsorum pressus, quomodo, et quanto tempore. 17. An in familia infirmitatis alicuius indicia sive mentis sive pravorum morum adfuerint, atque an aliquid adsit, quod atavismum redoleat. 18. [Heic contestationes, si opus fuerit, peragendae erunt inter ea quae actor asseruit, atque illa quae a parentibus fuere prolata, si dissona ipsorum testimonia appareant]. 19. An ordinum sacrorum exercitio ratam ipse habere intenderit sacram ordinationem; et cur in eodem exercitio porrexerit. 20. His absolutis interrogationibus, ad plene suum absolvendum munus, alias iudex ex officio interrogationes peragat, ab expletis responsionibus emendas. Absoluto examine, etc. uti in n. XVIII.
XXII DECKETUM CITATIONIS TESTIUM AB ACTORE INDUCTORUM
Revmus N., Iudex instructor in causa..., audito sacrae ordinationis defensore, testes ab actore inductos, examini iudiciali subiici mandat, et ideo ad rem citari videlicet: 1. jy. (patrem eiusdem actoris). 2. N. (matrem, etc.). 3. 4. 5. 6. 7. Datum..., die... mense... anno... N., Iudex instructor. N., Actuarius. [Praeter autem testes ab actore inductos, necesse prorsus est alios ex officio induci. AlKgentur litterae testimoniales, quae obtentae sint circa testium excutiendorum fidem et probitatem. Mant schedae citatoriae, uti in causis matrimonialibus, mutatis mutandis, et similiter fiat intimatio].
XXIII IUDICIALE EXAMEN TESTIS N., AB ACTORE INDUCTI
Sessio... Servantur formae ut pro examine actoris. Iudex testi defert monitum, de quo in Appendice n. I, ac iusiurandum, iuxta formulam sub n. XVII, et reserat schedam exhibitam clausam a defensore, et continentem interrogatoria, quae deinde proponit. Ad generalia: 1. Testis interrogatur circa nomen, cognomen, nomen parentum, originem, aetatem, religionem, conditionem, domicilium (urbem, viam, paroeciam), locum hodiernae commorationis. 2. An sit consanguineas vel aifinis actoris, et quo gradu. 3. Quo ex tempore, qua occasione et quomodo noverit actorem. 4. Quaenam sit ipsius indoles et an mereatur fidem in iis quae ipso protulit. 5. Quinam fuerint mores eiusdem et propensiones ad studia. 6. Num ab eo edoctus fuerit, et quando, ipsum coactionem a parentibus vel ab aliis passum esse. 7. An parentes ipsos testis noverit, horum conditionem, artem quam exercent et exploratam habuerit eorum indolem et agendi rationem erga actorem. 8. An in Seminario degens actor, pietatis indicia exhibuerit et ad sacram confessionem et sacram Synaxim saepe et devote accesserit. 9. Num ad sacros peragendos ritus se proclivem exhibuerit. 10. Quibus potissimum studiis in Seminario fuerit deditus,- num inhonestos sermones proferre solitus fuerit. 11. Num ad sacra exercenda ministeria alienum se praebuerit, et contrariam voluntatem ostenderit in suscipiendis sacris ordinibus. 12. Quaenam ipse peregerit ut eos vitaret. 13. Num in Senrinario commorans demissionem et obsequium superioribus exhibuerit. 14. Num familiaritates inhonestas fovent, scripta exaraverit minus honestati consona, et clericalem habitum invite gestare visus sit. 15. Num pravis perlegendis libris fuerit deditus, sacraque studia neglexerit seu fastidiverit. 16. Num, in. loquendo, de Ecclesia eiusque doctrina ac de ipsius rectoribus detraxerit. '-' 17. Num in Seminario punitionibus ob pravam ipsius agendi rationem fuerit affectus; vel alios ad prava illexerit. 18. Num ad profana capienda oblectamenta se pronum manifestaverit, iis posthabitis, quae ad pietatem fovendam inserviunt. 19. Quaenam sit publica de ipsius vocatione opinio. 20. Num per se vel ab aliis testis sciverit parentes eum ad sacerdotium ineundum coegisse, quando, quanam de causa, et quinam hi sint. 21. An circumstantias noscat de illata coactione et quaenam fuerint. 22. An revera parentes talis fuerint severitatis, ut merito timeri posset ipsos minas esse exsecuturos, et an actor indolis adeo timidae et pusillanimis exstiterit, ut eiusmodi minis aut saevitiis deterritus, ad sacros.ordines, gravi metu coactus, accesserit, quin eas vitare potuerit. 23. An ordinationis sacrae tempore ipsum moerentem, aspexerit et quomodo. 24. An ex ipso sciverit ante sacram ordinationem eundem fore huic consensum suum denegaturum. 25. An in sacra ordinatione vel ea expleta, iucunditatis vel moestitiae indicia praebuerit. 26. An testis quaedam habeat documenta scripta eiusmodi coactionem onerumque ratihabitionem confirmantia et an sciat revera actorem per exercitium ordinis tacite voluisse obligationibus clericalibus sesubiicere. 27. Quaenam sit modo agendi ratio actoris. Exinde iudex integram depositionem peractam ab actore, qui testem induxit, eidem testi legi iubeat ac petat:" 28. An asserta in ea depositione veritati respondere in omnibus censeat, utrum eadem ex scientia propria perspecta habeat, an potius ex suggestione actoris et utrum facta ab eo asserta sint nota aliis, et quinam hi sint. 29. An testis habeat aliquid addendum, supprimendum, corrigendum, variandum. 30. Iudex testi alias interrogationes praeter supra allatas proponere poterit, si rerum adiuncta id requirant. Quod si iudici non videatur opportunum integram legi actoris depositionem, se gerat iuxta Regulas n. 51 § 2. Dein testi leguntur depositiones ab ipso viva voce prolatae-, quas: actuarius scripto redegit,, ac ulterius rogatur: 31. An haec relatio responsiones redditas plene ccmplectatur. 32. Petitur ut praestetur iusiurandum de veritate dictorum et de secreto servando, iuxta formam (cf. supra n. XIX) . Ac praestito iureiurando, subscribunt testis, iudex, defensor sacrae ordinationis et actuarius. JS>., Testis. JtV., Iudex instructor. L. S S. N:1 Defensor sacrae ordinationis. JNr ., Actuarius. [Simib modo agendum est quoad ceteros testes qui producuntur vel ad instantiam actoris, vel ex officio, praesertim si in instructione processus appareat adesse aliquem vel aliquos de re bene edoctos : tunc enim iudex ©os citari curabit ut examini subiiciantur, eadem servata methodo].
XXIV ORALE EXAMEN PERITI
Anno, etc., coram Iudice, etc., adstantibus etc., comparuit D. N., et c (ut in aliis sessionibus). Iudex instructor, perito defert monitum, de quo in Appendice n. I, iusiurandum de veritate dicenda et de secreto servando, ac dein reserat schedam obsignatam, ubi continentur articuli concinnati a defensore sacrae ordinationis, quos iste praesertim eruerit ex relationibus ab iisdem peritis scripto antea exhibitis, iuxta generales et peculiares circumstantias et difficultates, quae in actu inspectionis sunt quidem animadvertendae. Praemissis interrogationibus generalibus, iudex articulos perito delert, qui esse poterunt ut infra, quibus ex officio alios, prout casus ferat, adiicere debet, attentis etiam dubiis et ambiguitatibus, quae ex ipso interrogatorio emerserint. 1. An perito aliqua sit necessitudo cum actore. 2. Quonam tempore et quomodo eum noverit. 3. An confirmet per omnes partes relationem, quam de medicali examine scripto exaravit. 4. An in eadem relatione aliquid addendum habeat, vel corrigendum, vel mutandum. 5. An peritus tum physicum examen tum etiam relationem seorsim ab altero perito, si exstet, confecerit. 6. Quanam via et ratione peritus in peragendo medicali examine processerit. 7. An actor aliquo morbo hereditario vel defectu laboraverit, qui influxum habere potuerit in errata electione status; et utrum curari queat, an non. 8. Quidnam peritus perspexerit de actoris temperamento et de statu psychico. 9. (8i casus ferat): Quomodo conciliari possit sententia periti cum contraria opinione alterius periti vel doctoris. [Nota. Relationes a medicis confectas iudex alterius peritioris examini subiicere poterit, si id opportunum existimaverit]. 10. An, praemissa lectione depositionis, peritus aliquid habeat addendum, demendum, corrigendum, vel mutandum. Praestito iureiurando de veritate dictorum et de secreto servando, sequuntur subscriptiones, ut de more. Absoluta processus instructione, iudex, nisi opportunum duxerit actorem vel alium e testibus ad novum examen revocare contestationes peragendi causa, alliget in processu informationes parochi aut alterius idoneae personae attestationem de fide, quam actor et singuli testes merentur.
XXV CONCLUSIO INSTRUCTIONIS PROCESSUS
In processu super nullitate sacrae ordinationis vel onerum sacris ordinibus inhaerentium sacerdotis N. N., Interrogate tum actore tum testibus, qui responderunt se nihil aliud habere quod deducant; tum defensore sacrae ordinationis, qui declaravit sibi nihil amplius inquirendum superesse; Perpensis omnibus actis, partium, testium ac peritorum depositionibus, relationibus et adnexis documentis; Cum causa, attentis personarum ac rerum adiunctis, satis instructa sit, Iudex decernit clausam esse instructionem processus, et omnia acta, in authentico exemplari, una cum voto scripto Exmi ac Revmi Episcopi, et defensoris sacrae ordinationis animadversionibus ac sententia, transmittenda esse ad S. Congregationem de disciplina Sacramentorum. Ex aedibus..., die... N., Iudex. I». £g S. N., Actuarius.
XXVI TESTIFICATIO DE AUTHENTICITATE EXEMPLARIS ACTORUM
Pacta collatione praesentis actorum exemplaris cum omnibus actis et documentis originalibus exsistentibus in archivo huius Tribunalis, testor ego infrascriptus constare de fideli transcriptione et integritate eiusdem exemplaris, quod transmittitur ad S. C. de disciplina Sacramentorum,. Datum... die... In fidem, etc. N., Iudex. L. £ß S. N., Actuarius.
ADNOTANDA 
Curent Revmi Ordinarii ne sive praevia inquisitio, quae ab hac Sacra, Congregatio de expeti primum solet, sive confectio processus canonici: qui ab ea in his causis exinde iubetur, diutius differantur. Saepe enim contingere solet, ut, ob nimiam in eodem praesertim peragendo processu cunctationem, testes diem obeant supremum, ác proinde magni momenti probationes deficiant, maximo cum detrimento causae: etenim actori ipso naturali iure competit, argumentis, quae proferre potest assertum ab eo intentionis defectum aut illatam coactionem aliudve vitium consensum afficiens in susceptis sacris ordinibus probare, ut ab oneribus hisce adnexis solvatur. - In transmittendis autem ad hanc Sacram Congregationem processus actis, haud profecto necesse erit omnia et singula transcribere, quae in originalibus actis fuere iuxta traditas regulas inserta, cum sufficiat ut Revmi Ordinarii in exhibenda scripta relatione seu voto , referant de rite constituto tribunali iuxta praestitutas normas, de citationibus rite peractis, de praestito ab efformantibus tribunal atque a parte et testibus iuramento, et de fide istis praestanda; quin proinde singula, quae in singulis sessionibus habita fuere, in exemplari transcribantur actorum, ne tempus inutiliter teratur, impensaeque augeantur, modo interrogatoria et testimonia integre sint transcripta, abaque documenta causam attingentia referantur, addito indice actorum. Nec ab Actuario ipse scribendi modus neghgatur, iuxta can. 1644 § 3, ut facile in actis adducta legi possint — quin proinde plus aequo in iisdem perlegendis ob deformes litteras, tempus insumatur, neve ambiguitatibus locus fiat — atque ideo ab adeuntibus S. Sedem honor huic debitus etiam in scribendo servetur.”

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